Mi gente, los saludo con mucho gusto en una nueva columna, de esas que ustedes mismos se encargan de alimentar, de nutrir y fabricar, sus reportes son lo más valioso para mí y también tienen un valor grande para el deporte lagunero, porque entre todos nos encargamos de defenderlo.
Los buenos amigos organizadores de ligas y torneos de La Laguna, tal parece que no aprendieron la lección de semanas atrás, pues a pesar de que otra vez estaba muy fuerte el pronóstico de lluvia, no cancelaron sus actividades, con el objetivo de no perder recursos de arbitrajes y demás. El sábado estuvo tranquila la cosa, pero por la tarde y ya en la madrugada del domingo, llovió bastante y a pesar de eso, no suspendieron sus actividades, se jugó en campos encharcados, con lo difícil que eso puede resultar, pero sobre todo, lo incómodo y peligroso para los deportistas.
Hubo algunas ligas conscientes o resignadas, que sí cancelaron sus actividades del domingo, aunque seguro no faltó más de uno que protestó, fue en realidad lo más sensato, pues los campos no daban para más. Lo cierto es que es una situación que se repitió en nuestra Comarca Lagunera, dos veces en corto tiempo, pero parece que ni hubiera sucedido la primera, porque nomás no aprendieron la lección, es impredecible la Madre Naturaleza, pero ahí están los pronósticos, los meteorólogos con tanto esfuerzo para que avance esa ciencia y nomás no les hacen caso, hay que ponerse vivos ahí.
Son estudiantes
La lluvia también le hizo pasar un mal rato a una escuela germana, que tuvo su tradicional competencia anual durante el fin de semana y el domingo, cuando se jugaron las finales, se tuvo que hacer con mucha agua de por medio. Además de las afectaciones en las canchas, el problema se dio también en las calles aledañas a la institución y a sus bonitas instalaciones deportivas, pues, eso no es responsabilidad del colegio, obviamente, las inundaciones aparecieron y a los torreonenses nos hicieron decir "que pena con las visitas", pues vienen papás de escuelas de otras ciudades y aunque la competencia se celebra en una zona residencial muy bonita, pues deja muy mala impresión toparse con tremendas inundaciones, que no solamente se dan ahí, pues lamentablemente aparecen en toda la ciudad, ay mi Torreón.
Donde sí hay responsabilidad del colegio, es en las canchas, donde surgieron algunas quejas, pues en los equipos deportivos hay jugadores cuyos papás cumplen puntualmente con los pagos de colegiaturas deportivas, con la compra de los uniformes, con la ilusión de que los chavos participen en la máxima competencia de su institución educativa, que jueguen enfrente de sus compañeros de clase, de sus amigos. Pero resulta que, con la mano en la cintura, algunos entrenadores simplemente no convocaron a buen número de jugadores, y a otros tantos los dejaron en la banca durante todo el torneo.
Estamos todos de acuerdo en que los entrenadores buscan ganar, esa es su razón de ser, la competencia les llama y el tener victorias hasta les sirve para su currículum, pero señores, este era un torneo estudiantil, son niños y jóvenes que antes de atletas, son estudiantes, que hacen deporte sí para ganar, pero sobre todo, para divertirse, convivir y estar en comunidad con sus compañeros de clase, en una experiencia única en sus vidas, la cosa es que la recuerden de manera bonita, no como la vez que se la pasaron en la banca. Acuérdense, son formadores, más que entrenadores, así que vamos a formar buenos seres humanos, felices, antes que formar deportistas o equipos de élite. El correo electrónico está a su disposición, ya saben que la columna la hacemos juntos.
Pepe Beto