Carlo y su familia, forma parte de los 34 migrantes que llegaron al acceso del Puente Internacional número I. (Foto: RENÉ ARELLANO / EL SIGLO COAHUILA)
"El plan es lograr sobrevivir y estar tranquilo en otro nuevo país donde no tengamos el temor de que nos vayan a matar las maras o las pandillas", fue lo que relató Carlo, un hombre de 43 años, originario de Honduras y que viaja acompañado de su hija de 17 años y sus dos nietos; uno de cuatro meses y una niña de tres años.
Carlo y su familia, forma parte de los 34 migrantes que llegaron al acceso del Puente Internacional número I y pretendían ingresar para solicitar asilo en los Estados Unidos; lo que generó que las autoridades de la Aduana y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en ingles) cerraran por algunos minutos la citada infraestructura de comunicación internacional.
"Tengo aproximadamente, casi un año, de venir en el camino. Hemos venido despacio, trabajando, luchando por lo que venimos, prácticamente huyendo del país. Viajo con mi hija y mis dos nietos", relató el migrante hondureño mientras esperaba con el resto del grupo.
Detalló que huye de su país por las amenazas en su contra y un intento de homicidio, pues refiere y muestra algunas cicatrices en la muñeca derecha, producto de heridas producidas por disparos; señalando otras dos lesiones en una de sus piernas; cuando llegaron a quererlo matar hace casi tres años.
"Por eso nosotros salimos y buscamos la manera de entrar acá, pero las cosas no son lo que uno piensa. Uno quisiera entrar y tranquilo arreglar papeles, y andar para vivir, porque los que sufren son los hijos, los nietos", indicó Carlo.
Indicó que contemplaba entregarse a las autoridades migratorias en los Estados Unidos y ver si les dan un permiso para trabajar, o si les dan un apoyo donde estar para sobrevivir. Además de referir que a Piedras Negras llegó apenas, durante la mañana del jueves, estableciendo que tenía menos de 24 horas en esta ciudad fronteriza.
