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No hagas cosas buenas...

Campo 11

ENRIQUE IRAZOQUI MORALES

Por buena fortuna tuve la oportunidad de presenciar el día de ayer la inauguración formal de la instalación del pasto sintético recientemente colocado en lo que por décadas se ha denominado el campo 11 en la Unidad Deportiva Torreón. Esta cancha en particular, para mayores señas de lo que se denomina velódromo, es donde al menos en mi vida entera me ha tocado ver rodar algún ciclista en ese circuito que a leguas se nota se exagerado peralte.

El ahora flamante campo 11, fue desde ayer bautizado oficialmente como campo Raúl Alegre Rodríguez, legendario pateador profesional quien jugara en la National Football League (NFL) en la década de los ochenta y noventa, y que además de haber llegado a jugar en la mejor liga del mundo desde cualquier punto de vista, consiguió ganar par de supertazones, convirtiéndose con ello en leyenda deportiva y orgullo de la Comarca Lagunera.

La propia ceremonia de inauguración estuvo encabezada por el presidente municipal de Torreón, Román Alberto Cepeda González; el director de obras públicas del municipio, Juan Adolfo Von Bertrab Saracho; por la presidenta del patronato de la Unidad Deportiva Torreón, Alicia de la Soledad Guerrero Garibay, y engalanando el evento, el propio Raúl Alegre.

En medio del mundo convulso en que se vive y bajo el estrés y presiones rutinarias de vida moderna, la verdad que sucedan cosas como ver el otrora campo 11 empastado artificialmente para contar con un emparrillado de medidas oficiales para la práctica del futbol americano, es una bocana de buenas vibras.

En su intervención el día de ayer, el alcalde Cepeda González informó que mensualmente la Unidad Deportiva de Torreón recibe sesenta mil visitantes mensuales, que una vez anualizado lleva a una cifra de 720 mil, casi la población completa del municipio de Torreón. Obviamente la deportiva tiene usuarios recurrentes, pero aun así sesenta mil es una cifra muy considerable de personas que acuden a algunas de las canchas de múltiples disciplinas que la deportiva recibe en sus instalaciones. Agregó Cepeda González en su declaratoria lo importante que es el fomento al deporte para la prevención del delito en particular, además de estimular las artes y actividades culturales.

El ingeniero Von Bertrab habló de las características de las obras realizadas en general para poder instalar la grama sintética en el campo, lo que hizo ver a los asistentes todo el esfuerzo y recursos invertidos para que, a partir de ya, los niños de adolescentes de los tradicionales equipos de Panteras y Gigantes y más recientemente los Rams, puedan entrenar en una cancha con muchas mejores condiciones que las que tuvo el desde ayer otrora Campo Once por cincuenta años, donde generaciones de practicantes del deporte de la tacleadas y de futbol soccer, lo hicieron sobre un cancha siempre de tierra.

En tanto, la licenciada Alicia Guerrero Garibay, agradecía el apoyo de las autoridades municipales del patronato y de todos aquellos que han colaborado en la función que desde el inicio del gobierno de Román Alberto, ha desempeñado Guerrero Garibay para que hoy la Unidad Deportiva Torreón tenga en mucho mejor estado las instalaciones en general.

El discurso de Raúl Alegre Rodríguez fue destacadísimo en un ambiente donde además de autoridades e invitados especiales se contó con la presencia de jugadores de los equipos Panteras, Gigantes, Rams, Vikingos y Borregos, enfundados en jerseys y playeras de sus respectivos colores, haciendo que el evento luciera pletórico. Ante este este foro, Alegre habló de lo trascendente que resulta la práctica del futbol americano, donde los muchachos que lo juegan y entrenan aprenden además del deporte mismo, virtudes como la disciplina, dedicación, trabajo en equipo entre otros. Raúl señaló que en su juventud durante 4 años jugó en el campo que ya lleva su nombre antes de marcharse a otros lares que lo llevarían a la NFL.

Como anécdota, Alegre Rodríguez compartió que en 1985 vino a apadrinar la fundación de Gigantes, pero que irónicamente ese mismo año fue despedido de los Potros de Indianápolis. No claudicó en su perseverancia y luego de ser cesado, llegó a los Gigantes de Nueva York, donde consiguió par de anillos de campeonato, lo que convirtió en una sentida arenga para todos los presentes.

Enhorabuena a Torreón, a la Unidad Deportiva que sensiblemente está mejorando, lo que hoy es el campo Raúl Alegre es una prueba de ello y que todavía puede seguir en esa ruta. Quizá el siguiente paso sean las canchas de tenis.

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Escrito en: editorial Enrique Irazoqui editoriales

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