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Si bien ha conquistado paladares por contener pocas espinas y carne suave, blanca y jugosa, el robalo también ha despertado el interés de la comunidad científica debido a su alto grado de adaptabilidad a diferentes medios de cultivo y potencial para impulsar la acuacultura mexicana, destacó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Expuso que esta especie -que es capturada en aguas marinas de jurisdicción federal y sistemas lagunares del Golfo de México y mar Caribe- es un "parteaguas" en la acuacultura de México, ya que las especies Centropomis undecimalis y Centropomis viridis, principalmente, han demostrado su capacidad para crecer en agua dulce, salobre y marina.
A esos resultados llegaron estudios científicos que realizaron un grupo de especialistas de diferentes centros de investigación de nuestro país, como el Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIAP) de Manzanillo, Colima, que encabezó la captura de reproductores y engorda de juveniles en diferentes sistemas.
También, destaca el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo de Mazatlán -que creó las técnicas de reproducción y manejo de crías a una escala piloto-comercial y la reproducción del robalo del Atlántico a escala experimental-, y la Unidad Académica Sisal (UAS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).