Este martes, por segunda vez, viaja a Estados Unidos con una agenda concretísima que sólo le hará permanecer por unas cuantas horas en Nueva York, menos de un día completo, y que se resumirá en un par de actos. (ARCHIVO)
Hasta hoy, en sus casi tres años de mandato, Andrés Manuel López Obrador sólo había salido una vez de México, y fue para rendir una visita al entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump, en un encuentro lleno de pleitesía y buenas palabras.
Este martes, por segunda vez, viaja a Estados Unidos con una agenda concretísima que sólo le hará permanecer por unas cuantas horas en Nueva York, menos de un día completo, y que se resumirá en un par de actos: el encabezamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que México preside durante este mes, y un encuentro breve con el secretario General de la ONU, António Guterres.
La justificación para el escaso desempeño de López Obrador en el exterior es su interés en concentrarse en la agenda interna, algo que México y su Presidente podrían cambiar aprovechando la plataforma del Consejo de Seguridad, pero que no parece que vaya a ser así. "Después de tres años de concentrarse casi exclusivamente en su agenda doméstica, López Obrador tiene la oportunidad de plantear sus prioridades en política global", comenta Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano.
La semana pasada, a través de Juan Ramón de la Fuente, embajador ante Naciones Unidas, el Gobierno mexicano presentó las tres sesiones que propuso y va a liderar en noviembre. López Obrador presidirá este martes la primera, centrada en corrupción, desigualdad y exclusión, temas de "carácter social", como definió De la Fuente en la presentación de la presidencia mexicana, que forman parte de la agenda para "prevenir algo que puede convertirse en un factor disruptivo para la paz".
Los otros dos temas propuestos por México, y que se tratarán en sesiones del Consejo de Seguridad en los próximos días, son el tráfico ilegal de armamentos y la mejoría de la cooperación y coordinación entre los órganos que forman el sistema de Naciones Unidas.
"Presidir el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ofrece una excelente plataforma para empezar a asumir más protagonismo en asuntos de política exterior", explicó Shifter. "Hay dudas, sin embargo, sobre si el Gobierno mexicano está en condiciones para utilizar la plataforma y aprovechar la oportunidad", apuntó.
En ese aspecto, "no hay señales de que haya habido suficiente preparación ni pensamiento estratégico" por parte del Gobierno de López Obrador. Una prueba es que sólo estará en Nueva York por unas horas.
Incluso, los temas prioritarios planteados para el Consejo de Seguridad de la ONU, como por ejemplo el tráfico de armas, "un tema muy relevante", según Shifter, está vinculado a su agenda con Estados Unidos y tiene "estrecha relación con su agenda doméstica", apuntó.
