A menos de dos meses para que comience el Mundial de Catar, y México se enfrente a Polonia, el miedo a fracasar parece más latente que nunca en la historia del Tricolor.
La afición no le tiene fe al entrenador nacional. La prensa, tampoco. Gerardo Martino ha perdido crédito; los jugadores, también. No se le ve ni pies ni cabeza a una Selección que continúa con partidos amistosos poco vistosos y un Carlos Acevedo que ni a la banca llega. Sin embargo, la fiesta mundialista se respira ya, desde el álbum Panini hasta las mismas expectativas que el evento crea cada cuatro años.
Producto del Mundial en otoño, el torneo de la liga local tuvo que jugarse de manera muy extraña (como si le hiciera falta al futbol mexicano). Ya solo queda una jornada del calendario regular, que servirá para acomodar a los equipos en la tabla general de cara a la singular liguilla, donde están invitados 12 de 18 equipos.
Santos amarró un lugar entre los primeros cuatro, los privilegiados que no necesitan pasar por la bochornosa etapa del repechaje… A menos que, una verdadera desgracia pasara y se combinara una diferencia de 8 goles entre una derrota de los laguneros ante Mazatlán y un triunfo de Tigres contra San Luis. América y Monterrey disputarán la cima, que de poco sirve si no logran aprovechar en la siguiente fase.
Qué lejos quedan aquellas tres primeras jornadas en que muchos aficionados pedían la cabeza del entrenador en La Laguna; decían que no tenía pinta de director técnico de un equipo de Primera División, que no solo eran tres jornadas malas, sino toda la mitad del torneo anterior. Aseguraban que Santos era mucho paquete para el DT en turno y ya lo querían de regreso en la Liga de Expansión. Hubo quien, para antes del quinto partido (ante Atlas), sí o sí lo querían correr, sin importar el resultado contra los Rojinegros.
De a poco, el señor Eduardo Fentanes, junto a su distinguido cuerpo técnico y apuntalado grupo de jugadores, ha ido escalando en la tabla de posiciones hasta colocarse en la zona de privilegio. Por supuesto que el resultado no ha sido producto de la casualidad, sino del trabajo continuo, diario y extenuante que se realiza en las instalaciones del TSM. Incluso, aguantar la presión en los momentos más críticos ha sido parte del proceso. No cabe duda que el ánimo en el vestidor llegó a su mejor punto y que incluso algunas salidas y lesiones han caído bien.
Ya no se extraña a nadie en el campo; los que están son los que son y con eso ha bastado para poner a los Guerreros en la parte alta de la clasificación. El homenaje a Oribe sirvió además para devolver aficionados a la tribuna. ¿Se puede pedir algo más? Orlegi ha remado contracorriente en el río albiverde mientras el campeón rojinegro puede irse despidiendo de los primeros planos.
¿Dónde queda hoy aquel entrenador que no parecía ser de Primera? Aun en ese cuarto peldaño, Fentanes no ha terminado por convencer a todos los seguidores del equipo lagunero; pero ante los números, hay poco qué hacer. El hombre institucional lo ha hecho bien, falta ver de qué es capaz en su primera liguilla en el máximo circuito.
La oportunidad para Santos Laguna está ahí, al alcance, justo antes de un nuevo Mundial, en el que seguramente México no pasará de la segunda fase. Los Guerreros tienen altas probabilidades de alzarse con un título del futbol mexicano en este Apertura 2022 y volver a escribir una historia de triunfo previo a la justa mundialista. Solo tienen que esperar que los primeros lugares caigan "sorpresivamente" ante invitados provenientes del repechaje para tomar la estafeta de favoritos a partir de unas hipotéticas semifinales.
¿Y qué sucedería si Santos no pasa de cuartos de final? ¿Se le irán con todo al señor Fentanes y su cuerpo técnico?Soy @Foko_54 en Twitter. También respondo en @Champs_MX.
