Hoy, en la cancha del TSM, se presenta la Selección Mexicana femenil. El partido, de entrada, no luce tan atractivo.
Este encuentro, ante la selección de Perú, forma parte del paquete que consiguió Orlegi para Torreón (no he escuchado a nadie quejarse porque se lo llevaron a Guadalajara...). Se trata de un partido de preparación que México aprovechará para enfrentar el Campeonato W Concacaf, donde buscará el pase para la Copa del Mundo 2023, Juegos Olímpicos París 2024 y Copa Oro Concacaf W 2024.
Es, además, el primer partido de la Selección femenil en el estadio Corona. Habría que darle la importancia que amerita la ocasión. El representativo nacional está en el tercer lugar de Concacaf en la clasificación mundial de naciones.
Por una u otra razón, el futbol de damas no ha terminado por despegar en nuestro país. Hay equipos de la Liga MX muy adelantados en el tema: los dos de Monterrey, América, Pachuca y ahora Chivas, el "flamante" campeón (relegando a las regias por primera vez).
En lo personal, me interesa ver el nivel de las mexicanas y una selección sudamericana puede ser un buen sinodal. Me parece que las mujeres aún son como niños cuando juegan al futbol; lo hacen con amor, por gusto, con pasión. Se divierten. De eso se trata el futbol, ¿No? De eso debería tratarse la vida, de disfrutarse.
Hoy, en el campo habrá 22 guerreras en busca de mostrarse en el campo. Y aunque las distancias con respecto a este deporte en su rama varonil, como tradicionalmente lo hemos conocido, aún son grandes, seguramente la realidad pronto será otra. Las mujeres siempre logran lo que se proponen; su tesón es ejemplo y su fuerza, envidiable.
Los precios son accesibles para entrar al estadio hoy. Es una buena oportunidad para asistir, llevar a los más pequeños, a los jóvenes, que vean que el deporte es más que lo que se ve en la tele. Así, un día podremos decir: yo estuve ahí.
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