Un empresario quería crecer. Consultó con un especialista.
Le habló de la estrategia del zoom. ¿Qué es? Cuando se mira a través de una lente, se ajusta la mira hasta encontrar el punto exacto.
-No entiendo. Concretamente, ¿incorporo más productos?
Le dijo: Más productos pero no tantos que le hagan perder el foco.
- ¿Busco aumentar los precios o agregarle valor para ganar más?
- Más precios y valor pero no tanto que le hagan perder mercado.
- ¿Reviso mi cartera y me concentro en el 20 por ciento con el que hago el 80 por ciento de mi facturación?
- Más concentración de la cartera pero no tanta que lo transformen en un proveedor exclusivo de unos pocos.
Terminó la reunión.
El empresario se quedó solo, mirando por la lente del cañón con el que iba a presentar su proyecto, tratando de ajustar el zoom.
9 de cada 10 empresarios hacen esto todo el tiempo. Están tratando de encontrar el punto exacto, ajustando el zoom.
¿CUÁL ES LA CLAVE?
Audacia hasta encontrar el equilibrio. El punto exacto es el foco.
Cada persona, cada empresa tiene, aunque la mayoría lo ignora, una tasa de crecimiento. Está vinculada con un sinnúmero de factores:
• La audacia para desafiar la complacencia.
• La tolerancia a la incertidumbre.
• El equipo de trabajo y sus vínculos interpersonales.
• El involucramiento de la estructura. • Tener productos o servicios en mercados poco maduros o nichos. • Estar en una guerra con un competidor o socio.
• Disponer de financiamiento o capital de trabajo.
• Tener buena información y capacidad de analizarla.
• Estar enfocado o distraído.
¿Qué le sucede a las empresas que crecen más allá de su capacidad?
Se sobredimensionan. Tienen una crisis. Como les sucede a los adolescentes, les crecen las partes del cuerpo sin la maduración necesaria, por esto están inestables y chocan.
Cuando esto le acontece a una empresa, el crecimiento suele ser efímero, poco sustentable. Crecimiento y desarrollo no son sinónimos, a veces son antónimos.
El cambio y el crecimiento son parecidos, actúan según leyes similares. Por eso, si alguien está empeñado en crecer o cambiar puede regirse por esta ley:
Los tiempos no nos pertenecen totalmente en un proceso de cambio y crecimiento.
Si hay aceptación, receptividad, es necesario acelerar. Retrasarlo es echarlo a perder.
Si hay resistencia, hay que disminuir la velocidad.
Resolver las reacciones y consolidar cada iniciativa.
Lo que jamás se puede mermar es el impulso de llevarlo a cabo.
Con el crecimiento debemos ser audaces. ¿Hasta cuando? Hasta encontrar el equilibrio. El punto exacto es el foco.
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