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Gerado Santoyo

Trompetista lagunero Gerardo Santoyo se prepara en Austria

Europa le dio la oportunidad de tocar con réplicas de instrumentos antiguos

(VERÓNICA RIVERA)

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SAÚL RODRÍGUEZ

Con la madurez en su juvenil semblante, Gerardo Santoyo carga una maleta beige donde guarda su trompeta. Ha vuelto a Torreón, en su semestre de vacaciones, pues desde hace dos años estudia la licenciatura en la escuela Anton Bruckner Privatüniversitat, en Linz, Austria.

Santoyo tiene el lenguaje musical tatuado en la sangre, parte de la herencia fue dejada por su abuelo, quien tocaba el saxofón en un grupo de La Laguna. Sobre la partitura de ese nexo familiar fue que cursó sus primeras clases de solfeo. A los ocho años tuvo su primera trompeta. Más tarde, logró formar parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Torreón (OSIJUT), donde recibió instrucción de Natalia Riazanova y, posteriormente, de Ethan Eager.

El lagunero también se afinó en el Centro de Estudios Musicales. Con 16 años audicionó para la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM), un año antes ya había visitado España. Comenzó a ganar concursos y se animó para la Orquesta de la Escuela Carlos Chávez. Se quedó durante tres años. Sabía entonces que emprender el vuelo a Europa era inminente, pero decidió esperar para vivir los últimos años junto a sus abuelos.

“Fallece mi abuelita, después mi abuelito. Yo hablé con mi abuelito y me dijo que ya era tiempo de irme, que adelante. Yo realmente no quise desprenderme de ellos, pero cuando mi abuelito me dio esa tranquilidad, cuando me dijo que iba a descansar y todo, fui a Austria a hacer la audición e inmediatamente me quedo”.

Gerardo Santoyo tiene 22 años de edad. Es alumno de Josef Eidenberger (trompetista principal durante muchos años de la Orquesta Filarmónica de Münich), Wolfgang Gaisböck (trompetista barroco de Austria), Franz Ladinger y Florian Klinger (actual trompetista principal en Münich).

“Es muy diferente, por eso me da mucha alegría regresar a Torreón y tratar de compartir con las personas que se acerquen. En cuestión de música orquestal, música clásico o música antigua, la calidad de sonido es la más importante”.

Santoyo estudia su instrumento, en promedio, durante cinco horas al día. Trata de perfeccionar su sonido, su ejecución, de alcanzar un resultado libre y rico en armónicos, que no suene apagado. Se recuerda de niño, atento a videos de German Brass y otros ensambles de trompeta. Confiesa que la parece increíble escuchar esas sonoridades en vivo.

“Pero definitivamente me gusta más la música antigua, la música barroca. No podría decir un compositor, porque hay muchísimos. Viviani, todo el renacimiento italiano también me gusta mucho. En el barroco, Bach, ni se diga, todo lo que es con trompeta natural. En el clásico se tocaba con esa trompeta antigua, pero actualmente las orquestas ya tocan con la trompeta moderna. La trompeta no cambió hasta el siglo XX”.

Europa le dio la oportunidad de tocar con réplicas de instrumentos antiguos. Reflexiona que la Nueva España sí tuvo compositores barrocos como Manuel de Sumaya y Juan Gutiérrez de Padilla. “Es música muy bonita, pero se perdió”.

Gerardo Santoyo actuará el próximo 21 de mayo en la Casa Histórica Arocena, donde ofrecerá un concierto solista de trompeta y piano. Pronostica regresar a Europa en octubre.

Añade que en la región existe gran talento musical, pero que no ha sido explotado. Por tal motivo, recomienda a los jóvenes estudiantes no renunciar a sus sueños y abrazarse a la disciplina.

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