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Torreón: La nueva capital mundial del blue jean

JOSÉ EDGAR SALINAS URIBE

La Laguna ha sido nombrada de diversas maneras a partir de su actividad económica principal. A finales del siglo XIX y buena parte del XX fue conocida como "El reino del algodón en México". Unas décadas más tarde, y luego de todos los factores que desplazaron a la región de ese lugar de privilegio en la producción algodonera, La Laguna ha sido conocida por ser la cuenca lechera más importante del país. Otro apodo que también tiene ligado a una de sus principales producciones es la de "capital mundial de la plata". Tanto en la leche como en la plata, la región ha consolidado redes de innovación, proveeduría, especialización tecnológica y una extensa red de servicios que fundamentan gran parte del valor de la producción regional y el empleo del complejo entramado de la economía lagunera.

Supongo que a nadie sorprende que La Laguna sea reconocida por las dos actividades mencionadas, es decir, la lechera y la minera. Pero no dudo que llamaría la atención en demasía si se afirmara que La Laguna, y específicamente Torreón, ha de ser reconocida también como la capital mundial del blue jean. Al menos para mí fue sorpresivo encontrar este mote dado a la ciudad por Gary Gereffi, autor del capítulo dedicado a analizar el caso de la producción de pantalones en Torreón y que es parte del libro: "Free trade and uneven development", publicado en 2002.

En medio del mundanal ruido de opiniones, simplificaciones, tinta y saliva vertidos sin pudor actualmente para solucionar en minutos los complejos desafíos que la estructura productiva, de generación de empleo, sociales, urbanísticos, ambientales y demás que tiene la región es aleccionador leer en perspectiva el estudio de Gereffi. La euforia de la producción de un sector que en la región empleaba a más de 65 mil personas y que redujo el desempleo de una tasa de 7.6% a otra de 3.1% en solo cinco años llevó a este investigador, entonces de la Universidad de Duke, a emplear tremendo calificativo para Torreón: la nueva capital mundial del blue jean.

A veinte años de esa euforia, ¿qué queda de esa capital? ¿qué fue de los más de 350 fábricas y talleres vinculados a la actividad? Lecciones y aprendizajes, si nos tomamos el tiempo para extraerlas. El texto mencionado es muy interesante, rico en estadísticas, robusto en entrevistas e investigación. Traigo a colación aquí algunos aspectos que pudieran tomarse como lecciones para nuestros días y para el reto de atracción de inversiones sostenibles.

El autor señaló en aquel texto cuatro aspectos que en su opinión impulsaron la transformación de la experiencia previa en el sector de la ropa en la región a un centro de gran producción exportadora y generadora masiva de empleo, a saber: la devaluación del peso, el TLC, nuevos grandes compradores internacionales y la presencia de capital y experiencia local en el sector. Tres factores externos y uno local muy importante. La irrupción de la nueva actividad no se hizo en el vacío, sino aprovechó lo que se tenía de experiencia, empresarios y mano de obra dedicados a esa actividad en La Laguna, aunque fuese a otra escala. Bajo condiciones especiales el crecimiento puede ser vertiginoso, pero los cimientos toman mucho tiempo. En economía regional, de la nada nada se crea y mucho menos las cosas se hacen de un día para otro. Es interesante el planteamiento que Cerutti tiene en ese mismo sentido pero del surgimiento y consolidación de la cuenca lechera en la región, posibilitada por décadas de experiencia y una red de servicios especializados en el sector primario y a la que habría tomado poco más de dos décadas consolidarse como actividad principal.

Pese a que para Gereffi lo ocurrido en Torreón entre 1993 y el 2000 es mucho más robusto que solo el modelo maquilador, pues se contaba con algunos grupos de empresarios locales fuertes que incursionaron más allá del ensamblaje, los principales impulsores del cambio eran factores externos. Gereffi señala en su texto que Torreón no era en esa época un Distrito Industrial pues había una escasa institucionalización en las firmas locales y pocos mecanismos de cooperación entre ellas. Una de las conclusiones del investigador es que la oportunidad no es garantía de éxito.

@EdgarSalinasU

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