El día de ayer se realizó la sesión de cabildo en la presidencia municipal de Torreón para darle oficialidad a la reforma en el Reglamento de Movilidad Urbana del municipio, en la que se eleva la velocidad permitida en el periférico de 60 a 80 kilómetros por hora. La misma medida se aplica para la carretera Torreón-San Pedro. Las dos rúas son consideradas de tránsito constante (vaya que lo son) de vehículos de toda clase, incluyendo los de carga pesada y transporte de pasajeros.
Hacía unos meses ya que la actual Administración municipal había llevado a cabo las mediciones y análisis pertinentes en ambas rúas, con la idea de saber las posibilidades de accidentes por un lado y los beneficios que trajese elevar el límite de velocidad. Los resultados, según los mismos estudios que levantó la Dirección de Movilidad, fueron la confirmación de que en prácticamente ningún caso se respetaba la restricción de conducir como límite máximo los 60 kilómetros por hora, pero que los percances que se estudiaron fueron por razones distintas a un manejo de entre los 60 y los 80 kilómetros por hora, además de que incrementar el límite de velocidad logra dar fluidez al tránsito vehicular en general, tanto en el periférico como la carretera a San Pedro.
Ante estas nuevas disposiciones el regidor Christian González apuntó: "La modificación que se marca en primera instancia es el homologar las velocidades que marca la ley federal, entonces aquí viene un incremento en dos vías principales, que son la carretera Torreón-San Pedro, que ahora como viene es el bulevar La Nogalera, de 60 sube a 80, y lo que es periférico, igual, de 60 a 80. Toda la Torreón-San Pedro, la autopista, saliendo del Nudo Mixteco hasta Los Azulejos... Ese es el límite de Torreón; y del periférico, todo lo que abarca el periférico".
El edil justificó que la medida obedece a un seguimiento y homologación con la ley federal de movilidad, además de que la medida de reducir la velocidad para bajar el número de accidentes en esas rúas obedece a una política propia de la presente Administración; señaló que como medida alterna a ese ajuste de velocidad se han colocado ballenas de concreto en la Torreón-San Pedro para evitar choques frontales.
"Ya es parte de una solución... El tema de los accidentes es realmente, en el estudio que hay de la Torreón-San Pedro... La mayoría de los (accidentes) que hay es por temas de falta de precaución, el conducir con celular y el manejar en estado de ebriedad".
Así pues, el Gobierno del presidente Román Alberto Cepeda González corrige una decisión que tomó erróneamente su predecesor, Jorge Zermeño Infante. Reducir a 60 kilómetros por hora un afluente vial de las características del periférico o incluso la San Pedro era a todas luces una acción desafortunada, por decir lo menos.
Encima, aquel folclórico director de Vialidad que tuvo el tres veces alcalde de Torreón Pedro Luis Bernal solía hacer operativos donde par de patrullas se desplazaban al mismo tiempo en los dos carriles centrales del propio periférico, generando filas kilométricas en tan transitada rúa, generando molestias a quienes tenía que rodar a tan ilógica velocidad, tratándose del tipo de vía en cuestión.
Ojalá y así como esta buena decisión don Román continúe acertando en beneficio de los torreonenses y de los laguneros en general, aunque en lo que se refiere también a movilidad su Gobierno está permitiendo la inundación de bordos y boyas por doquier, instalados en muchas ocasiones a capricho y poder político o económico del vecino, que por sus anchas decide instalar alguno de estos topes para forzar la reducción de velocidad.
Valdría la pena en este sentido que el presidente municipal preguntase a su hermano Carlos, quien se desempeñó en el mismo cargo hace tres décadas, cómo hizo para que en los noventa en Torreón se retirasen más de 1,200 bordos, que le dieron entonces un cariz más de urbe y menos de ranchería.
Así entonces, en materia de movilidad vehicular, la actual Presidencia de Torreón parece ir pasos para adelante, a la par de dar pasos para atrás.
