CRISIS Y CAOS MUNICIPAL
Marina solicitó permiso al Cabildo para separarse del cargo de Presidenta Municipal de Gómez Palacio, pues tenía como objetivo ser la candidata de Morena al gobierno del Estado de Durango; objetivo que logró, pues contó siempre con el apoyo del dueño de ese partido populista, que es AMLO; sin embargo, la suerte no le favoreció en la elección constitucional y fue derrotada por el candidato de la Alianza "Va por Durango", Esteban Villegas Villarreal, conformada por el PAN, el PRD y el PRI. Una derrota que no esperaba, pues pensó que la popularidad de López Obrador de manera automática le aseguraba el triunfo.
Tan segura estaba de ganar, y arrolladoramente, decía, que la licencia solicitada y obsequiada la transformó en renuncia, a pesar de que los cargos públicos son irrenunciables. La decepción vino después del fracaso. No es tarde para conocer cuáles fueron las causas de esta derrota tan lamentable para la ex alcaldesa de Gómez Palacio.
Álvaro González, analista político, en la Revista Coahuila del mes de julio, publica un bien documentado artículo con el título "¿Por qué el fracaso de Marina Vitela y Morena?", señala tres como las causas que de manera directa o cercana influyeron en la derrota política de Marina, al decir: "Era evidente que en Gómez Palacio la candidata morenista había tenido un desempeño pobre, además de que le aparecieron señalamientos de corrupción bastante concretos y cometió un error político-electoral grave: colocar como candidata a la presidencia municipal a una joven que ni siquiera vivía en el municipio y había falsificado sus documentos de residencia y sin experiencia política".
Al retirarse del cargo municipal para buscar la gubernatura, quedó en su lugar la suplente, una dama gris, inexperta, sin malicia política alguna, en fin con pobreza de perfil mínimo para ocupar el cargo que ostenta. Su nombre Anabel Gutiérrez Ibarra.
No se duda de la voluntad, disposición y ganas de la dama interina para atender a la población y buscar la forma de satisfacer sus necesidades. Pero Gómez Palacio es un municipio en pleno desarrollo y crecimiento, y por ello precisamente requiere como presidente municipal de alguien que use el arma y el pañuelo, que maneje el timón con fuerza, destreza y dirección. Si quien lo maneja no cuenta con la capacidad y el adiestramiento que los problemas que tiene requieren, seamos francos, seguramente, y no cuesta mucho advertirlo, vendrá el fracaso, se presentará una situación de crisis y tendremos un caos como el que se está viendo.
Abandona el cargo, Marina, y deja un municipio sin brújula ni rumbo. Desorden administrativo y financiero. Su suplente ahora en el cargo no ha podido satisfacer la demanda ciudadana. La gente se queja de falta de atención y respuesta en áreas tan sensibles como el abastecimiento de agua potable y líneas de drenaje colapsadas.
La señora presidenta Anabel, muy simpática, muy amable, pero careciendo de los argumentos y de la mano izquierda para atorar los conflictos, que son muchos y muy variados. Con un Ayuntamiento cuyo síndico y cuyos regidores no le reconocen la autoridad y por eso no la apoyan ni obedecen en las disposiciones que dicta; lamentable situación que se traslada a la estructura propiamente administrativa, pues secretarios, directores, subdirectores, jefes de departamento y empleados hacen lo que mejor les parece, pero sin darle prestigio a la entidad que sirven.
Se sabe, por ejemplo, que las sesiones de cabildo se caracterizan por el desorden; para empezar no comienzan a la hora en que fueron convocadas porque los señores regidores y el síndico no tienen como virtud la disciplina de la puntualidad; el secretario del Ayuntamiento constantemente hace modificaciones al orden del día, porque los temas a tratar no están consensuados o no dieron cuenta de ellos previamente a uno o varios regidores, y en muchos casos se suspende la sesión.
Igualmente ha trascendido, por la información proporcionada por los medios, el secretario del Ayuntamiento frecuentemente no da cumplimiento ni ejecuta los acuerdos tomados por el Cabildo en sesión formal, lo que trae por consecuencia que muchos asuntos queden sin desahogarse plenamente y sin solución definitiva. Son muchas las voces que se escuchan entre los diferentes sectores de la población, inconformes con la situación que prevalece en el ayuntamiento gomezpalatino, quejándose de no tener una política congruente con la categoría del municipio y acorde a la problemática que contempla. En los medios se ha mencionado que la señora Anabel es de las peor evaluadas, en comparación con sus pares, señalándose también que "nadie conoce a la alcaldesa".
El último asunto que salió a la luz pública es de la empresa fantasma que facturó varios millones de pesos a cargo del municipio por la impresión de 3000 gacetas municipales. Tema que tendrá que investigarse a fondo para deslindar responsabilidades.
¿Merece esto Gómez Palacio de un ayuntamiento, próximo a expirar, sumido en la crisis y el caos?