
Pacho Flores y la identidad de la trompeta latinoamericana
Nació en San Cristóbal, capital del estado Táchira, en Venezuela, a solo 57 kilómetros de la frontera con Colombia. Su padre era director de una banda de música, por lo que su crianza ocurrió al escuchar el timbre de los instrumentos de viento. Más tarde, el destino haría que el trompetista Pacho Flores se enlistara en el Sistema Nacional de Orquesta y Coros Juveniles de Venezuela (El Sistema), para recibir su formación musical.
“Hoy en día, imagínate, hay más de un millón 400 mil niños que están dentro del sistema de orquestas. Es un sistema que trabaja mucho los valores, no solamente de la música, sino en nuestras sociedades. Muchas veces hay otro tipo de dificultades y a través de la música se puede conseguir un crecimiento integral a cada niño, para que al final, si no terminan siendo músicos, escojan ser otra cosa (médicos, ingenieros, abogados). Por lo menos aquí se les da una formación importante para que puedan ser hombres y mujeres de bien”.
Flores lo entiende a la perfección, la música ha sido el mayor aporte que Venezuela ha dado al mundo en los últimos años. El sistema de orquestas se ha replicado en otras naciones, adaptándose a cada distinto núcleo de usos y costumbres. Tanto la labor social como la excelencia musical se encuentran unidas en su objetivo: crear mejores seres humanos.
A pesar de la crisis que ha afectado a Venezuela en los últimos años, Pacho Flores recalca que el sistema de orquestas se encuentra más vigente que nunca.
“Nosotros nos negamos a que se acabe, los que hemos crecido allí y los que seguimos apoyando a El Sistema. Bueno, parece que ahora Venezuela está intentando, como que se respira otro tipo de ambiente dentro de la crisis. El sistema de orquestas siempre ha estado en la lista de los proyectos importantes y exitosos, porque es muy fuerte, podemos estar hablando de que el proyecto más exitoso del país ha sido la música”.
El Sistema tiene un lema que radica en la expresión “tocar y luchar”. Para Pacho Flores, luchar es un grito de ánimo que ha acompañado toda la vida a los venezolanos, un eje fundamental de su cotidianidad. En su caso personal, esta filosofía le ha valido para convertirse en uno de los mejores trompetistas del mundo. Además de tocar con orquestas de renombre y recibir piezas escritas especialmente para él de parte de compositores reconocidos, fue el ganador del Primer Premio del Concurso Internacional Maurice André (la competencia de trompeta más prestigiosa del mundo), de los concursos internacionales Phillip Jones y Cittá di Porcia, además de fundar la Academia Latinoamericana de Trompeta en Venezuela.
Sobre su instrumento, Flores comparte que la misma técnica empleada por un cantante debe ser la que el trompetista emplee para abordar a su instrumento, ser efectivo y ostentar rendimiento en la trompeta.
“Una persona puede producir el sonido gritando, pero eso no quiere decir que está cantando o cantando con buena técnica. Una persona puede cantar con mala técnica, eso es totalmente cierto, pero quizá su rendimiento puede ser un arma de doble filo, porque ese cantar con mala técnica lo que te conlleva es hacerte daño. Tocar la trompeta con mala técnica también te conlleva a hacerte daño. Luego es difícil salir de ese tipo de problemas que se convierten quizá en un círculo vicioso”.
Álbum con personalidad
Recientemente, Pacho Flores se introdujo al estudio junto a la Orquesta Sinfónica de Minería, dirigida por el maestro Carlos Miguel Prieto, para grabar su nuevo álbum: Estirpe. En este trabajo, el venezolano recalca ser consciente de la personalidad que la trompeta asume en una agrupación, la cual le permite alcanzar lo más álgido en decibelios y potencia, una fuerza canalizada que contiene un timbre de gran volumen lumínico.
En Estirpe habitan conciertos escritos y dedicados especialmente al trompetista venezolano. La lista de reproducción se compone con obras de Arturo Márquez, Daniel Freiberg, Paquito D’Rivera, Efraín Oscher, y el propio Pacho Flores. Cabe destacar que también es la primera vez que una orquesta mexicana es grabada por el sello alemán Deutsche Grammophon.
“Dentro de estos conciertos, el maestro Carlos Miguel Prieto también ha participado de forma muy activa en las comisiones de estas obras. Es importante destacar eso, porque es fundamental tener un aliado como él para ayudarte a canalizar todo ese esfuerzo. Una persona que tenga la visión, como director artístico de una orquesta, de decir “hay que apostar a esto”, ayuda a que la orquesta también represente proyectos que sean totalmente innovadores”.
Flores considera que la Orquesta Sinfónica de Minería era la agrupación óptima para grabar un repertorio con las citadas características. El músico tenía posibilidades de hacer el álbum en Japón, Alemania y Estados Unidos, pero apostó por la orquesta mexicana, ya que conocía estos conciertos de trompeta de alto nivel. Los requisitos consistieron en grabar las obras en cuatro días, mostrando una completa fluidez desde los ensayos.
“Es importante hacer crecer el repertorio del instrumento, pero también el repertorio nuestro, que contiene nuestro acervo cultural dentro de Latinoamérica. Ayer fue un día maravilloso. Estoy en Montreal, en Canadá. Toqué con la Orquesta Sinfónica de Montreal en el Olympic Park para 40 mil personas. Y el concierto que toqué fue el de Paquito D’Rivera. No te puedes imaginar la gente cómo recibió esta música con cariño […] estaban aplaudiendo dentro de la mitad de la obra porque estaban emocionados y eso es maravilloso. Parecía un concierto de rock, pero es música clásica con el sello latinoamericano”.
Improvisar es componer
En cuanto a su papel como compositor, Flores menciona que durante toda su vida ha sido seguidor de la improvisación. El trompetista sentencia: “Improvisar y componer son dos caras de la misma moneda”. Cuando improvisa, el músico compone sin la necesidad de plasmar la creación en un papel. Mientras que al componer, el artista improvisa: “La composición es un acto de improvisación”. El venezolano ha trabajado por años con este recurso y ha labrado una confianza en sus decisiones musicales que le han permitido triunfar en escenarios.
Sobre Morocota, la pieza de su autoría que se incluye en Estirpe, el trompetista comenta que se trata de una obra dedicada a su madre. En la Venezuela de finales del siglo XIX, la morocota se refería a una moneda de oro acuñada en Estados Unidos. Hoy en día, este tipo de monedas pueden conseguirse, pero además del valor material ostentan un valor histórico. Una morocota puede valer entre dos mil y dos mil 500 dólares únicamente por el peso de su oro, pero el valor histórico aumenta su plusvalía.
“Desde niño, mi madre y yo nos hemos tratado de morocota, como ‘mi pedacito de tesoro’. Se la dediqué a ella, le puse ese nombre porque es la persona que me ha guiado, dado todo su amor y apoyado en cada una de las decisiones que he tomado y me ha dado los mejores consejos”.
Pacho Flores actuará con la Orquesta Sinfónica de Minería para presentar su álbum Estirpe. La cita acontecerá el viernes 19 de agosto, a las 21:00 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, en Ciudad de México. El álbum puede encontrarse en las principales plataformas digitales.