Apenas antier, el gobernador de Durango, el doctor José Rosas Aispuro Torres, declaraba que por el momento se descartaba que se llevase a cabo una avenida extraordinaria en la parte baja del río Nazas.
"Decirle a la gente de Lerdo y Gómez Palacio que si bien es cierto la presa Francisco Zarco hoy tiene un nivel de aproximadamente 87% de llenado y obviamente la presa -almacenadora- Lázaro Cárdenas está cerca del 70%, decirles que hasta este momento no se va a desfogar agua de la presa Francisco Zarco, para que la gente esté tranquila, cualquier decisión que se tomará en otro sentido se les avisará oportunamente, o sea, no va a correr aguar ahorita por el río Nazas, más que el agua que surge de los escurrimientos de esa zona, pero no la que proviene de la presa Francisco Zarco", decía el pasado miércoles el gobernador duranguense.
Apenas 24 horas después del aviso de Aispuro Torres, finalmente ayer se abrieron las compuertas de manera extraordinaria de la presa derivadora Francisco Zarco -Las Tórtolas-, ubicada en los límites de los municipios de Lerdo y Cuencamé, y que están vertiendo hasta el momento con la información disponible, un caudal de 50 metros cúbicos por segundo.
Más allá del chasco que se pudiese llevar a estas alturas del sexenio (está a menos de una semana de concluir) del doctor Aispuro, la realidad es que la medida que ahora toma la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de soltar agua al lecho seco del Nazas suena hasta cierto punto prudente.
Para poner en contexto de los volúmenes de agua que se están liberando, o en cierta manera, "perdiéndose" en lugar de almacenarse tras las cortinas de Las Tórtolas, es necesario ponderar las cifras de las que se están hablando. Por ahora el anuncio de la Conagua es soltar por las cortinas 50 metros por segundo, esto equivale a la mitad de lo que suele correr regularmente en el río en tiempos de un ciclo agrícola regular que transcurre entre los meses de marzo y julio, y que sufre una interrupción en el mes de abril. Esto quiere significa que en año regular, el ciclo agrícola que consume un volumen de agua de entre 850 y 1000 millones de metros cúbicos, que se entregan a razón de transportar por los canales de riego un caudal de 100 metros cúbicos por segundo. Es decir, a la represa de San Fernando justo pasando el paraje de Raimundo, por los canales de Sacramento y Santa Rosa-Tlahualilo se distribuyen los casi mil millones de metros cúbicos en alrededor de 100 días efectivos.
Ahora bien, la actual liberación es solamente de la Francisco Zarco que estaba pasando en su almacenamiento los 300 millones de metros cúbicos, supuestamente casi al 100% de su capacidad NAMO (Nivel de Aguas Máximo Ordinario ) más su capacidad original de acuerdo a la placa conmemorativa colocada justo a un lado de su cortina de contención es de 440 millones de metros cúbicos. Claro es que con el paso de los años el azolve ha reducido su capacidad original, pero señalar 308 millones suena un cálculo muy conservador.
Donde hay que estar pendientes es lo que sucede en la Lázaro Cárdenas, que ya pasó de los 2 mil millones y que por fortuna luego de esta racha de copiosas lluvias prácticamente en todo el territorio nacional, ha permitido su recuperación desde que a principios de agosto apenas si tenía poco más de 700 millones, ni siquiera para un ciclo.
El punto ahora es que el volumen que correrá por Nazas apenas podrá verse escurrir por el lecho seco de la mancha urbana. Como quiera es una fortuna que la naturaleza haya sido pródiga y se cuente con estos aparentes excedentes, pero cuidado, acabamos de librar una sequía terrible y que como los tiempos recientes ha demostrado y amén del cambio climático, volverá. Así que lindo será ver correr el Nazas nuevamente en su cuenca baja, sólo hay que hacer votos para que el manejo de estos volúmenes extraordinarios se hagan con responsabilidad en todos los sentidos.