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Jorge Iván Puma Crespo

'Movimiento de movimientos', describe académico el activismo de izquierda en La Laguna

'Ellos nunca se pensaron a sí mismos como partido'

(ARCHIVO/EL SIGLO DE TORREÓN)

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GENARO CERVANTES

"Ellos nunca se pensaron a sí mismos como partido, sino como agrupación de activistas y militantes al principio", dice el investigador Jorge Iván Puma Crespo, quien se ha especializado en los movimientos de izquierda en La Laguna, uno de ellos llamado Política Popular. "Cuando comienzan eran un grupo muy pequeño de estudiantes, no de Torreón, pero sí del Norte (del país), muchos de ellos de Tamaulipas, Durango y Nuevo León que salen de la Ciudad de México, después del movimiento del 68 y llegan a Torreón, uno de los espacios donde pudieron insertarse por la presencia de un movimiento local".

El siguiente texto es la segunda parte de una entrevista realizada al académico Jorge Iván Puma Crespo, maestro en Historia originario de Guadalajara (Jalisco), que ha dedicado una década de su vida a documentar las luchas sociales de La Laguna y el impacto que ideologías de izquierda como el maoísmo tuvieron en la región y a su vez en otras partes del globo. Para leer la primera parte visitar:

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Señala que ellos empiezan trabajando con campesinos y en las colonias, pero también a conectar dentro de la iglesia

"Ya después se tratan de formar como  una organización centralizada, pero ahí es cuando se rompe, porque mucha gente no quería o creía en eso, pensaban que lo que tenían que hacer era estar del lado de la gente, cuando solicitara servicios, cuando luchara por sus derechos, cuando buscaran hacer algo y ellos los iban a apoyar con eso, para de ahí formarlos".

Recuerda que a lo largo de 10 años de actividad, estuvieron organizando tales actividades, pero llega un momento en el que deben decidir qué sigue, "una organización partidaria o no, y ahí se dividen, porque hay unos que dicen no, eso no lo vamos a hacer y otros que sí, y al final colapsa".

Señala que su particularidad era que "no tenían interés en participar en las elecciones, ni en formar parte del Estado, siempre había una relación medio complicada con la parte estatal".

Afirma que los cuadros de los primeros años de los setenta eran gente de las preparatorias, siendo su fundador Adolfo Oribe,quien entró en contacto con la versión francesa de la Revolución Cultural, luego de haber estudiado 10 años en el país.

La imagen que tenía era que "la gente está empezando a hacer las cosas por sí misma, ya no necesita un partido, ya no necesita líderes y vamos a decidir entre todos, qué vamos a hacer y lo llamaban la línea de masas".

Basado en ello, al regresar a México y tras el colapso del Movimiento Estudiantil luego de la masacre del 68, pasan de las universidades al campo, donde no funciona su propuesta, pero en la periferia sí.

Lo que aprovechan para ir a las ciudades del norte del país, como Torreón, Durango y Monterrey. En ellas encuentran a jóvenes de preparatoria que piensan también en cómo cambiar el sistema, relata Puma Crespo, a lo que los activistas venidos de la CDMX les ofrecen las ideas de China en versión francesa.

"Les ofrecen una manera de hacer las cosas sencilla y acorde a lo que creen". Esto los hace muy distintos al Partido Comunista "que pensaba que tenía que ser una vanguardia, a partir de cuadros organizados bajo cierta práctica".

Su idea era de una democracia participativa, quienes tenían que tomar las decisiones no eran los líderes o los activistas, sino la propia gente. Relata que los colonos se reunían por horas, para decidir en conjunto "desde cómo van a organizar las guardias de la colonia, quién va a gestionar los gastos de la tortillería, resolver problemas internos y todo en una asamblea, donde todo mundo hablaba, todo mundo participaba y que duraban toda la noche".

"El tema era que siempre tenía que haber cierta participación directa y cuando era imposible una sesión, se formaban asambleas pequeñas donde se elegían delegados y después ya se entraba en la decisión colectiva".

Puma Crespo afirma "las manifestaciones ciertamente eran pacíficas, pero también pintarrajeaban la presidencia (municipal), quemaban camiones o los tomaban; eran bastante combativos sin llegar al tema armado y eso los distinguía de la guerrilla.

'Movimiento de movimientos'

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(ARCHIVO/EL SIGLO DE TORREÓN)

El académico plantea que lo que sucedía en La Laguna no era local. "Van a converger diversos movimientos, el de Cristianos por el Socialismo o la iglesia progresista después el Vaticano Segundo, pero también está presente el radicalismo de los estudiantes, quienes creían que era necesario generar un cambio político.

Pero también estaba el tema de gente que no tenía vivienda y pensaban que era necesario tenerla "la lucha por la tierra en el norte de México que era un fenómeno campesino se traslada de la ciudad al campo y entonces de pedir tierras para generar un ejido, lo que buscaban era tierra para construir una vivienda".

Puma Crespo recuenta que la lucha de los activistas era en parte por la ideología, pero existía la cuestión material, al preguntarle a los antiguos colonos porque luchaban, uno de ellos manifestó "mi mujer quería que tuviéramos un cuarto, que no estuviéramos rentando toda la vida y lo seguimos".

Luego esos mismos ciudadanos participaron en las causas de los estudiantes que soñaban que fueran temas más participativos.

Activismo trasnacional

Sea por las condiciones económicas de las clases medias o por el acceso que tienen al mundo, "no están desconectados de lo que está pasando alrededor y van a llegar de otros sitios, personas que están conectadas con los eventos como de Francia o Sudamérica.

"Un ejemplo, en la Ciudad de México van a publicar un folleto que habla de la huelga del sindicato de Limpias de Torreón, los dibujos son de un folleto chileno y yo me topé con ese documento, no en México, sino en Argentina...entonces lo que está pasando en La Laguna es un evento más, pero que circula y llega a conocer en Sudamérica".

La Laguna, sostiene, "va a ser un pequeño nodo donde van a dar, confluir ciertos grupos e ideas, no es una región para nada aislada de la vorágine de eventos pos 68 mundial".

Espionaje al movimiento

En la entrevista, el académico describe que la inteligencia militar dio seguimiento los momentos de más conflicto en la región... la expulsión de los sacerdotes en el (año) 76, lo van a documentar -se puede revisar en la página Archivos de la Represión de la organización Artículo 19-.

Señala que "curiosamante como es un movimiento que no está ligado a la guerrilla, no aparece dentro del seguimiento de la Dirección Federal de Seguridad (DFS)...no es seguido por las fuentes de inteligencia federal, pero sí por la policía local, por lo menos entre el 71 y el 73 sí monitoreaban las manifestaciones, generaban reportes de quién iba  a la marcha, de qué era la marcha, incluyendo un archivo fotográfico".

Al preguntársele sobre la calidad de la información en los reportes de inteligencia, expresa "por un lado sí permite darle seguimiento, hay momentos en los que recogen folletos, pero por otro lado dependen de 'soplones' y a veces dice cosas que no pasaron o no sucedieron para nada".

Otro ejemplo, "Un par de sacerdotes va a una colonia y dan una misa, los colonos están agitados y quieren hacer una invasión, los tratan de calmar y hasta ahí. Al día siguiente hay un reporte de un soplón que era un de los líderes priistas que competía contra la organización de izquierda y acusa de que los sacerdotes fueron los que hicieron la invasión y esa termina siendo la versión que repiten todos los periódicos y todos los historiadores del tema religioso".

Plantea que es "engañoso" dejarse llevar por el tema de inteligencia, porque hay que ver quién lo dice, porqué lo dice. El que hace la denuncia, lo dice porque quería que llegara la represión a sus competidores, señala, "está compitiendo contra la izquierda que está entrando a las colonias, que le está quitando a la gente, porque hay una gran diferencia entre estos activistas que vienen de la universidad o los sacerdotes, ellos no cobraban cuotas, por hacerse  de los terrenos".

El líder priista, retoma Puma Crespo, "quería sacarlos del camino, no lo logra, pero sí hace que intervenga la policía y eventualmente haya un conflicto más fuerte con los sacerdotes y el municipio".

"El límite donde llegó el movimiento fue 'nosotros no vamos a arriesgar a la gente a un enfrentamiento armado'... consideraban que la revolución va a llegar en un futuro cuando  la gente esté lista y cuando lo decida".

Para darse una idea del alcance que la lucha tuvo, la organización de los estudiantes y activistas dio paso a la creación de las colonias Tierra y Libertad, División del Norte, Camilo Torres y Pancho Villa en Torreón; Ricardo Flores Magón, Rubén Jaramillo y Jacinto Canek en Gómez Palacio; y la Emiliano Zapata en San Pedro.

Esto según documentó el hoy rector de la Universidad Autónoma de Coahuila (UadeC), Salvador Hernández Vélez, en su libro El movimiento urbano popular en La Laguna 1970-1980.

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