Llegó sin avisar y dijo:
-Soy el número 1.
Respondí:
-Lo felicito. Pero más me felicito yo, que soy el número 2.
Preguntó, inquieto:
-¿Por qué se felicita?
-Ser el número 1 trae consigo muchas responsabilidades -observé-. El número 2 vive más tranquilo, y además puede hablar mal del número 1 con el número 3, el 4, el 5, el 6 y todos los demás.
El número1 se quedó pensando y luego me hizo una proposición:
-¿Le parece si cambiamos? Yo seré el número 2, y usted pasará a ser el 1.
Me negué. Repuse:
-Tendrá que perdonarme, pero no. Estoy muy a gusto siendo el número 2. Duermo muy bien y no caigo en culpa de vanidad. Me apena que sea usted el número 1, pero el que se jodió se jodió.
El número1 se fue lleno de tristeza. Desde ese día a nadie le dice ya que es el número 1, y cuando sale a la calle se disfraza de número 2.
Dicen fue una marcha de Estado
Pues él la organizó y encabezó;
Él, que es jefe de las instituciones,
Y financiada con públicos recursos,
Que por él fueron autorizados.
Así justamente lo hemos pensado,
Además se sabe que la presidió;
Le son irrelevantes estas cuestiones:
De tal modo dirige sus discursos
Quiere demostrar tener el apoyo
Del pueblo; ese es todo su "rollo":
Teme quedarse solo al irse al hoyo.
¡Hasta mañana!...