Señor -preguntó el padre Soárez al Cristo de su iglesia-. ¿Cómo te debemos adorar?
-¿Cómo me adoran los hombres? -preguntó el Señor a su vez.
Respondió el padre Soárez:
- Generalmente por medio de ritos. Van al rito junto con otros que van al rito también y ahí hablan de ti y te alaban.
-Es bueno reunirse en el nombre de Dios -dijo el Señor-, pero esa reunión sólo será digna de él si redunda en actos buenos para los hermanos. De otra manera la reunión será forma hueca, ceremonia vacía de sentido.
-Entonces, Señor -insistió el padre Soárez-, ¿cómo te debemos adorar?
Y contestó el Señor:
-Adora a Dios en sus obras. Adora a Dios con tus obras.
El padre Soárez entendió eso, y supo que orar es bueno, pero que la mejor oración es la obra buena.
¡Hasta mañana!...