DEBEMOS ACOSTUMBRARNOS A LA VIDA, DE OTRO MODO NO SEREMOS CAPACES DE VIVIR.
La vida a veces nos acaricia, y otras nos golpea. Con la misma serenidad debemos recibir sus mimos y sus malos tratos. Mujer voluble es ella, pero amada, y de la mujer amada aceptas lo mismo su bondad que sus crueldades.
En estos días caminamos bajo la amenaza de un animálculo invisible que puede entrar en nuestra carne, nuestra sangre, nuestros huesos igual que entra la espada de la muerte. A muchos ya ha herido y ha matado.
También ese riesgo mortal es parte de la vida. Hemos de vivir con él bajo cualquiera de sus formas, pues es un asesino que cada día cambia de disfraz. La muerte de nosotros los humanos es un tema con infinitas variaciones. Igual es este mensajero suyo.
Sigamos viviendo, pues, con cuido pero sin miedo. Dijo el filósofo que quien teme morir muere mil veces.
No le temamos a la muerte. Cuando entre a nuestra casa nosotros no estaremos ya en ella.
¡Hasta mañana!...