La ley del péndulo en materia política se impone una vez más en el mundo entero y de seguro ocurrirá lo mismo en México tarde que temprano.
En Estados Unidos se registró un movimiento liberal muy notorio con la llegada al poder de Barack Obama en el 2009 y ocho años después llegó la contraparte conservadora con Donald Trump.
Hoy en día el debate entre liberales y conservadores en territorio norteamericano es por demás intenso y por lo mismo se ve harto difícil que Joe Biden u algún otro político del partido Demócrata logren conservar la Casa Blanca.
En Europa no cantan mal las rancheras, los movimientos socialistas en varios países se han topado ahora con el retorno de los políticos de derecha y varios de mano dura.
Liz Truss del partido Conservador británico se convirtió a principios de septiembre en la primera ministra de Reino Unido en reemplazo del también conservador Boris Johnson.
Inglaterra y sus aliados viven momentos muy complicados: la inflación podría llegar a finales de año al 18 por ciento al tiempo que se disparan sin freno los costos de la energía.
En Italia la ley del péndulo fue todavía más radical: el pasado domingo 25 de septiembre los italianos eligieron como su presidenta a Giorgia Meloni, una mujer de derecha quien es considerada de ideas radicales e incendiaria etnonacionalista.
Meloni, de 45 años de edad, pertenece a un partido que supuestamente surgió de las cenizas del fascismo de la Segunda Guerra Mundial, fue en algún momento admiradora de Benito Mussolini y es una feroz enemiga de la inmigración ilegal.
En un reciente editorial The Washington Post expresó que la aparente victoria de Giorgia "es una prueba más de que los líderes de extrema derecha van en alza en un continente golpeado por la inmigración, las dificultades económicas y, en su flanco editorial, la guerra más destructiva en tres cuartos de siglo".
Una razón más de la popularidad de Meloni son sus discursos firmes e incendiarios a favor del derecho a la vida y de la familia tradicional y en contra de la ideología de género y de la comunidad LGBT. En una sociedad tan liberal como la italiana no es fácil que una mujer conservadora triunfe en una elección presidencial.
En Latinoamérica el péndulo se está cargando más hacia los movimientos de izquierda populistas y de corte socialista.
Tal es el caso de México con Andrés Manuel López Obrador y con los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, entre otros. En Colombia recién asumió la presidencia Gustavo Petro, quien se considera a si mismo "un líder de izquierda progresista" y fue militante de la guerrilla colombiana.
Los presidentes de derecha son escasos en nuestra región, los casos más notables son Jair Bolsonaro de Brasil y Nayib Armando Bukele de El Salvador, quien por cierto anunció que buscará la reelección cuando no es legal en su país.
En estos vaivenes políticos dentro de aparentes sistemas democráticos, lo peligroso es recurrir a descalificar las ideas y posturas de los oponentes o adversarios políticos.
Así en Estados Unidos se lapida a los ministros de la Suprema Corte de Justicia por su postura contra el aborto, a Donald Trump lo tachan de radical y extremista sin reconocer que durante su gobierno frenó la inmigración ilegal y promovió orden y paz en el mundo entero.
En México el presidente López Obrador crucifica todos los días en las mañaneras a sus opositores y bloquea un diálogo abierto y franco sobre los graves conflictos que sufrimos en el país.
Bajo este panorama se antoja harto complicado que en los próximos años vivamos una era de gobiernos moderados, estables y pacíficos. Una prueba notoria es Rusia donde un dirigente que tuvo su prestigio se convirtió en un tirano violento, autoritario y obcecado.
Lo que si podemos esperar en un futuro en México es la aparición de políticos de derecha para el 2024 con nuevas ideas y propuestas como sucede en Europa y Norteamérica. Algunas opciones ya se asoman en el escenario como son los casos de Lilly Téllez, Mauricio Vila y Ricardo Anaya, sin descartar a Luis Donaldo Colosio y Samuel García.
Comentarios a [email protected]
