Los locales han pasado de generación en generación. (EL SIGLO DE TORREÓN)
El mercado de Matamoros es uno de los lugares donde se albergan locales con años de antigüedad; tal es el caso de una relojería y un negocio de novedades.
María Ríos es una de las comerciantes que ha conservado el local familiar en el mercado desde hace aproximadamente 60 años; su familia ha estado ubicada en el lugar para vender artículos, los cuales han ido cambiado con el paso de las generaciones.
El primero que se instaló en el lugar fue su abuelo, Natividad Ríos, quien era 'jarciero'. Posteriormente, su hijo, Felipe Ríos, continuó trabajando en el lugar y adquirió el mismo oficio que su padre; ambos vendían todo tipo de productos dedicados a la agricultura y ganadería, así como productos para el hogar.
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Se estima que los comercios podrían cerrar con un crecimientoMaría comenzó a trabajar en el 76, cuando tenía alrededor de 18 años, y fue convirtiendo el negocio en una mercería. Ahora vende todo tipo de cosas: juguetes, ropa, arreglos para las graduaciones y coronas para las vírgenes y los santos. María Ríos señaló la importancia de haber heredado el lugar; "aquí es mi vida", aseguró.
Otro de los negocios que ha visto crecer tres generaciones es la Relojería Pérez. Actualmente Pedro Pérez y su padre son quienes se encargan del local.
Pedro señaló que nunca pensó en dedicarse a la relojería, sin embargo, su padre le enseñó y encontró el gusto por el negocio.
"Desarmar y armar los relojes se convierte en una pasión", aseguró Pedro; además señaló que pronto su hijo también aprenderá del negocio.