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Maratón caluroso

ISMAEL CARO

Muy difícil, resultó para la mayoría de los corredores el pasado Maratón Lala, con las temperaturas elevadas con las que se inició la competencia y llegó a sobrepasar niveles muy fuertes, ya pasadas las horas del evento.

Y es que sin duda, como lo platicamos en una entrega anterior, nosotros preparamos nuestro maratón con frio, pero lo corremos con el inicio casi de la primavera y el clásico "calorcito" de La Laguna, el pasado domingo 6 de marzo parece que nos dio el adelanto del verano que se aproxima. La competencia inició con 14 grados centígrados y a los pocos minutos subió a 18, con la salida de los rayos del sol, la temperatura fue aumentando de manera considerable hasta que pasado el mediodía, el termómetro superaba los 32 grados, un clima fuera de lo normal para los primeros días de marzo que se vio favorecido un poco por un viento que soplaba, que hacía sentir un poco menos lo sofocante.

El consumo de líquidos en los abastos programados fue más demandado de lo normal, la organización reforzó varios puntos con hielo y esponjas para poder refrescar un poco a los atletas que aún seguían en recorrido, cuando la temperatura era ya demasiado fuerte. ¿Qué le pasa a un atleta con el aumento en la temperatura? El cuerpo reacciona y para enfriarlo, envía más sangre por la piel, dejando menos para los músculos y esto lleva a un aumento en la frecuencia cardíaca, los músculos al iniciar a deshidratarse también mostrarán los llamados calambres y puede venir agotamiento y posteriormente, un golpe de calor.

Otro punto es que con calor se consumen más rápido las reservas de glucógeno, es decir, nos vamos a quedar sin gasolina más rápido de lo planeado, aunque la carga de carbohidratos haya sido buena. Si la temperatura es alta en un maratón desde el inicio, nuestro cerebro nos genera una sensación de incomodidad y pesadez, esto hace que inconscientemente adaptemos una estrategia al calor, es decir, que vayamos sin querer más lento que en climas frescos.

Como principal antecedente, tenemos el maratón de Chicago del 2007, que inició con 22 grados centígrados y llegó hasta los 31, pero con 89 por ciento de humedad relativa, cuando el cronómetro marcaba las 3 horas con 30 minutos y el atleta Chad Schieber, de 35 años, pasaba por el kilómetro 30, cayó y pereció, lo que obligó a los organizadores de uno de los 6 maratones más importantes del mundo, a suspenderlo. Los policías bloqueaban la ruta, pero los participantes los brincaban, hubo que llevar las medallas de finalistas hasta ese punto y decirles que había terminado el evento, solo 25,000 completaron la ruta de los 36,000 inscritos.

Si bien no existe una reglamentación clara sobre en qué momento se debe tomar la decisión de suspender un evento de larga distancia que se vea afectado por el calor, lo que sí es importante mencionar que en eventos como el del pasado primer domingo de marzo, la hidratación debe estar siempre muy bien considerada, pues el clima siempre será muy inseguro y puede ser riesgoso jugar a la seguridad de que la temperatura no será muy elevada por encontrarnos aún en el invierno ¿No lo crees así?

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