(VERÓNICA RIVERA)
El pasado 10 de marzo se cumplió medio siglo de la muerte del lagunero Francisco Xavier Chapa del Bosque, mejor conocido como El Increíble Profesor Zovek (Torreón, 1940). El aniversario de esta fecha instó a su hijo menor, Orlando Chapa Carrillo, a redactar un libro que pudiera reivindicar su memoria.
“Sus herederos creemos que tenemos que mandar su mensaje y enseñanzas desde su lugar de origen, para llevarlas a todo México y finalmente al mundo entero”.
El increíble profesor Zovek ¡Vive!, consta de 335 páginas y realiza un recorrido por los orígenes laguneros de este afamado personaje del atletismo, el escapismo, el cine y la televisión mexicana. Su hijo considera que este volumen representa justicia “para su padre, para la familia y para Torreón” al tratarse de un personaje mal entendido, rodeado de misterio.
“En ocasiones, por falta de este trabajo (el libro) bien documentado con revistas, notas de El Siglo de Torreón, narrativa con sus primas, familiares y mi madre, que lo conoce desde que él tenía 14 años, se ha ocultado lo que realmente era. Él era multifacético. Antes de ser Zovek, aquí mostramos como ocho actividades que desarrolló. Ya siendo Zovek, él tenía ya como diez cosas qué destacar. Entre veinte elementos, a veces es difícil sistematizar qué es lo que era”.
Orlando Chapa Carrillo tenía tan solo cinco años de edad cuando el Profesor Zovek sufrió el accidente que le arrebató la vida. Esta investigación sobre su padre también le significa un reencuentro. Entre los datos empleados, considera que la entrevista fundamental es una realizada por la revista Muscle Power.
"Él dice: ‘Cuando se busca el Yo (adscrito juntar, integrar, fusionar) surge Zovek’. Abajo pone: ‘Cuerpo, espíritu y mente’. Esto me sorprendió porque Zovek no es un nombre, sino un estado. Cualquiera que fusione cuerpo, espíritu y mente es un Zovek. No tienes que hacer escapes ni maratones ni cosas de este tipo; de acuerdo a sus talentos o nuevos que le surjan en su proceso de integración, podrá ser un mejor deportista, un mejor maestro, un mejor gerente, un mejor vendedor, eso me impactó".
Este libro humaniza la figura de Zovek y lo aparta, por unos instantes, del mito creado por la televisión a principios de los años setenta, donde el lagunero ejecutaba sorprendentes actos de escapismo. En sus páginas también fueron impresas diversas fotografías que muestran la infancia y juventud del profesor. Se analizan sus raíces familiares y algunas citas de El Siglo de Torreón muestran letras sobre sus primeras actividades en la ciudad.
Para su hijo, la principal filosofía del Profesor Zovek consiste en la perdurabilidad del espíritu. “En este sentido, si el espíritu vive, no existe la muerte. Ahí estamos entrando a religión o filosofía, pero creo que la ciencia se está acercando más a definirlo. Ese es un mensaje importante. No digo que se pongan a hacer cosas peligrosas, sino cada quien en su proyecto. Hay que cuidar la vida, es hermosa, pero en sí que tengamos esa certeza como laguneros, mexicanos y seres humanos”.
El Profesor Zovek es recordado como portador de una gran fuerza mental, pero también apostaba al equilibrio mediante cuerpo y espíritu (Latin Lover lo interpreta así en la película Roma de Alfonso Cuarón). Aunque es indiscutible que el público mantiene impregnada la imagen de sus espectáculos.
“Totalmente de acuerdo, porque te hacía un escape un domingo, al otro te hacía un maratón, al siguiente te presentaba a niños haciendo ejercicio y al siguiente te rompía unas tablas. Tenemos videos donde no las toca y se empiezan a romper sin ningún truco. Después te presentaba un tiro totalmente vendado, luego te hacía una película. Entonces, en este sentido, es tan diverso que parece que no tiene ninguna definición, que ninguna definición era correcta. Habría que hacer este trabajo casi 50 años después para poderlo entender”.
El Increíble Profesor Zovek falleció el 10 de marzo de 1972 en uno de sus actos, luego de sufrir un accidente al descender de una cuerda que pendía de un helicóptero.
