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Las palabras tienen la palabra

Así nació el queso

JUAN RECAREDO.-

El queso nos encanta en todas sus variedades y existen miles de ellas -de variedades-, con distintos sabores, texturas, colores… y olores, algunos muy fuertes y penetrantes. Algunos quesos huelen "a patas" y eso significa que son muy buenos… eso dicen.

Igual que muchas otras cosas que ha inventado el ser humano por error, el queso también surgió de manera accidental, en épocas en las que algunos pueblos nómadas de Medio Oriente y de Asia lograron domesticar animales y poder así consumir su carne y también la leche extraída de ellos… de los animales, naturalmente.

La leche, así recién ordeñada y sin ningún tipo de tratamiento o aditivo, se hace ácida y se convierte en yogur y jocoque. Como en aquellos tiempos -hablamos de miles de años antes de Cristo- todavía no se inventaba el refrigerador -o de perdido una hielerita- que mantuviera con baja temperatura a la leche, esta se llenaba de bacterias y se fermentaba. Este es el proceso elemental de la fabricación del queso, así que, la leche que se les "echaba a perder", en realidad se convertía en queso.

Existe incluso la leyenda de un mercader árabe que llevaba leche dentro de una bota hecha de estómago de cordero, para tener algo de beber durante un viaje largo a través del desierto. Con el calorón, las bacterias existentes en el recipiente y la agitación constante del camello provocaron que la leche se cuajara y entonces, el tipo se dio cuenta de que, en lugar de leche, ahora traía en su bota un queso, el cual sin duda se lo echó de botana durante la cena… Y así nació el queso, ¿será?

Llama la atención -al menos a mí, que siempre ando observando a las palabras- que "queso" es una palabra que cambia mucho de una lengua a otra. Nosotros decimos "queso", pero en inglés le llaman cheese, en holandés kaas, en francés fromage y así, como que no tienen mucha relación entre sí. Existen numerosas versiones sobre el origen de la palabra "queso" -para no variar con los lingüistas-; viene del latín caseus pero al ir más atrás nos encontramos con diferentes teorías: una dice que proviene de capsa, que significa "caja", porque en moldes parecidos a cajas es en los que se fabrican los quesos y le dan su forma. Otra dice que viene de carere serum, que significa "carece de suero", porque eso es parte del proceso de la fermentación. Una más dice que proviene de coaxeus, que es una forma de describir a la coagulación, y se refiere obviamente a la leche que se convierte en queso. Y así podríamos seguir diciendo diferentes teorías sobre el origen de esta palabra.

Le pregunté a uno de mis sobrinos, que todavía es muy pequeño: "¿Qué es lo que más extrañas de la escuela?" Con el rostro verdaderamente compungido, me dijo: "Extraño que ya no puedo 'rebanar el queso' con mis amigos".

Y lo entiendo al pobre, porque "rebanar el queso" es hacer bromas, decir chistes y pasarla bien con los amigos. Eso se extraña cuando una pandemia no te lo permite.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Laura Cantú: ¿Está bien la frase "no te dejo de pensar"?

LE RESPONDO: La frase "no te dejo de pensar" sí es gramaticalmente correcta pero pocas veces la usamos y probablemente esa es la razón por la que nos suena extraña.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA. Dijo Luis Buñuel: "La edad no es algo importante, a menos que usted sea un queso".

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