
La poeta Esther M. García dio una cátedra de poesía en la edición 2022 de la FIL Coahuila (DANIELA CERVANTES)
Escribo para entonar el sufrimiento, comparte Julián Herbert en su libro Canción de Tumba. Fue el ejercicio de la palabra escrita, tal vez, un paliativo para narrase y hablar sobre momentos de su vida que lo marcaron. En su propuesta literaria nombra el dolor porque existió, darle sentido a través de las hojas en blanco es lo que le regaló la posibilidad de transformarlo.
Con un enfoque similar, en el 2016, la poeta y escritora Esther M. García, por medio de una retribución social para del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) Coahuila, diseñó el taller literario Hilar la herida, escritura autobiográfica un espacio que ofrece la posibilidad de vaciar el sufrimiento bajo el amparo de la palabra escrita.
La poeta y escritora es parte del programa de la Feria del Libro Coahuila 2022, en la sala Enriqueta Ochoa impartirá por tres días el taller que entre sus objetivos está el brindar herramientas para que las participantes puedan articular el dolor.
En la primera sesión explicó que su propuesta está más enfocada a las mujeres, ya que durante muchos años sus historias fueron narradas a través de la voz de los hombres. “tres mil años de historia en que nos han reducido a una cosa”. Explica que la literatura hegemónica y jerárquica anuló a las voces femeninas, mismas que se han ido rescatando en los últimos años y sobre todo valorando en el mercado editorial.
En sus inicios, Hilar la herida se desarrolló en centros de empoderamiento a las mujeres, en donde la autora trabajó con personas víctimas de violencia doméstica y tentativa de feminicidio. La idea era que las alumnas contaran, a través de la literatura, su historia, realidades, que, en voz de Esther, se deben nombrar por el simple hecho de que existen. La autora sabe que no hay manera más eficaz de ocultar, invisibilizar e incluso negar la existencia de algo o alguien que, no nombrándolo, y visualiza a la palabra escrita como una aliada que permite que la historia de las mujeres sea contada por ellas mismas.
En ese sentido, la poeta explicó que ha sido complejo trabajar con mujeres que sufren violencia, pues ella misma no ha sido ajena. “La verdad ha sido muy fuerte. Por ejemplo, en el Centro de Empoderamiento llegaban custodiadas por guardias, con collarín y con la cara desecha, y llegaban con sus hijos, asustadas”.
También, mencionó, ha trabajado con víctimas de violación sexual que quieren reconstruir su historia por medio de la literatura. “Han sido situaciones límite, que cuando das un taller literario de otro tipo no las vives, porque el tema aquí no son propuestas de ficción”.
Hilar la herida abre un umbral a mujeres que nunca pensaron en escribir, pero que, al contrario de buscar la estetización, pretenden, por medio de la escritura, darle estructura a lo que vivieron.
RESULTADOS
Derivadas de este ejercicio escritural se han gestado dos antologías de textos escritos por mujeres, mismos que han ‘tallereado’ de la mano de la también creadora del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas. Se trata de dolores transformados en cuentos, novelas, poemas o ensayos.
La escritora nacida en Ciudad Juárez, pero radicada en Saltillo, indicó que, justo en el portal oficial del mapa se pueden encontrar ambas antologías en las que publicaron 22 mujeres.
La idea es que el taller se siga replicando, por lo que la FILC 2022 resultó ser una plataforma interesante para compartir esta idea que no tiene otro propósito que el “nombrar para que las cosas existan, para que las cosas se comiencen a llamar por su nombre, de que se pueda nombrar aquello que decimos que desconocemos, que no sabemos cómo se dice, que no hemos visto porque nos tapamos los ojos, y oídos”.
El resultado de este ejercicio escritural, finalizó la autora, son textos alejados de la estetización artística, pero impregnados de un profundo valor humano.