El día de ayer en su tradicional conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como "majadera" la consulta iniciada por Estados Unidos sobre la política energética que ha ejercido su gobierno y criticó a la representante comercial del vecino del norte, Katherine Tai.
Con su parsimonioso estilo de locución, el primer mandatario mexicano explicó paso a paso cómo pretendió llevar las cosas en materia energética con las empresas norteamericanas que han invertido en México bajo las reglas del Tratado de Libre Comercio, hoy conocido como el T-MEC, y que en los últimos meses se han visto amenazadas por los cambios que el gobierno de la Cuarta Transformación (4T) han querido hacer en toda la regulación jurídica en la materia.
Como es conocido, Morena y sus aliados tienen la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y Senadores, que les permite reformar cualquier ley excepto en materia constitucional, donde carecen de la mayoría calificada, que son las dos terceras partes de los diputados y senadores (334 de los primeros y 83 de los segundos) Igual circunstancia para lo que se refiere en materia de tratados internacionales.
Así las cosas, López Obrador señaló que su gobierno le dedicó dos semanas enteras para atender caso por caso, las 18 compañías estadounidenses con inversiones energéticas en territorio nacional, convocando a los miembros de su gabinete en la materia y los de directores de Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad para resolver cualquier duda.
Después de esas acciones, el propio Presidente mexicano viajó a Washington para entrevistarse en la Casa Blanca, con el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el demócrata Joe Biden, donde narró que el encuentro fue de lo más cordial por parte de su vecino del norte, donde incluso el líder el país más poderoso del planeta le comentó que su intención es mantener una relación de respeto con México, en igualdad de condiciones, ya que se tratan de países soberanos ( habría que ser muy ingenuo para creer eso, pero así lo dijo Andrés Manuel).
En la misma narrativa del tabasqueño, contó que luego de su regreso de la capital norteamericana, él suponía que el tema del presunta inconformidad de las empresas había quedado zanjadas cuando recibe un mensaje de un exembajador de México en los Estados Unidos en el sexenio del presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, Arturo Sarukhán, donde le informaba que el gobierno norteamericano había emprendido la consulta, mecanismo inicial para dirimir controversias en el marco del tratado de libre comercio.
A esta acción el Presidente dice: "Viene la consulta y totalmente majadera, en un tono soberbio de prepotencia haciendo referencia de que la reforma energética que se había llevado a cabo en el país (en 2013) era la panacea cuando nosotros sostenemos lo opuesto" y agregó:" No se debió solicitar la consulta, no había motivo, no se informó bien al Gobierno de Estados Unidos", dijo.
López Obrador criticó además a Tai por considerar que hubo un intervencionismo con la intención de obligar a México a modificar sus propias leyes y defender la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) que abrió el sector a la inversión privada.
"Entonces ahí, la señora encargada del comercio en Estados Unidos (estuvo) diciendo que era muy buena la reforma (de 2013) y que además lo que nosotros estábamos haciendo estaba mal al reformar la ley eléctrica", señaló.
Asimismo, afirmó que está dispuesto a recibir al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien visitará el país en septiembre, para hablar sobre las diferencias en materia energética en el marco del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).
Pero aclaró que no está contemplada una reunión porque Blinken viaja a continuar el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), en el que no participa el Presidente.
"En caso de que se diese la reunión aprovecharía para decirle, comunicarle, lo que nosotros sostenemos y vamos a seguir sosteniendo pero esto no es una ruptura, es argumentar y defender a México", dijo.
López Obrador insistió en que las relaciones con Estados Unidos son buenas.
"Nos necesitamos mutuamente, sería muy difícil que funcionara la economía estadounidense sin la participación de México, así como nos importa mucho la relación con Estados Unidos, a ellos también", zanjó.
Y expresó su esperanza de que el Gobierno estadounidense cambie de parecer, "porque aunque se vaya un panel (de controversia) donde sea, pues no hay razón".
Finalmente, manifestó su confianza de que la inversión extranjera seguirá llegando a México pese a las declaraciones de la semana pasada del embajador estadounidense en su país, Ken Salazar, quien aseveró que por situaciones como la violencia la inversión "se enfría".
"Eso solo que haya una decisión política de la Casa Blanca, una ruptura, y aún así les aseguro que seguiría llegando inversión a México", aseveró.
Las audiencias sobre la política energética mexicana entre los tres países tienen una duración de 75 días naturales, como están contempladas en el T-MEC.
Esto fue en términos generales lo que ayer dijo el presidente, que en realidad fue bastante prudente y claro. Esto de la consulta no pone en riesgo en absoluto el TMEC y es cierto que la integración regional es tal que hace inconveniente desbaratarla. Pero también es verdad que la misma lo hará recular en los hechos en su afán estatista que lo impulsa a intentar arrollar en aras de imponer su agenda, así sea transgrediendo la ley. Quizá esta consulta sea una lección de que, por más popular que sea, el presidente no puede estar por encima de la ley.