Es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.
Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o a la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano.
El miedo… esta emoción tan negativa como natural es muy manifiesta entre los animales salvajes, que viven un ciclo en el que a algunos les toca ser depredadores y a otros les toca ser presas, aunque todos en algún momento de la vida, por muy grandes y fuertes o muy pequeños y débiles les toca ser víctimas o victimarios.
La diferencia con el ser humano, es que ellos (los animales salvajes) no piensan en tener miedo como sucede en las personas, sino que conviven con este las 24 horas del día, como parte de su vida diaria y esto los hace ser desconfiados, precavidos y los enseña a siempre estar alertas ya sea para huir o defenderse, ya que de ello depende su vida.
Los perros y los gatos que tienen la fortuna de tener dueño, también experimentan el miedo, ante situaciones desconocidas o ante eventos en los cuales sufrieron algún tipo de daño físico o algún tipo de dolor.
Los perros y los gatos callejeros por lo general tienden a ser más desconfiados, pues están acostumbrados a ser agredidos, ya no confían tan fácilmente como lo hace un perro que tiene dueño y vive en una casa con todos los cuidados necesarios.
Los perros por lo general le temen a la escoba con la que les pegan, a un cinto, a las personas cuando ven que levantan una piedra del suelo o al agua misma, pues a veces se la arrojan como algún tipo de castigo, le temen también a los cohetes en alguna celebración como navidad, fin de año o a las tormentas eléctricas cuando llueve.
El miedo controlado es bueno porque nos ayuda a ser prudentes, actuando este como un equilibrio para no hacer cosas temerarias que pudieran tener consecuencias negativas para nosotros.
También hay muchos perros y gatos, aunque no todos que le temen al hecho de ser revisados por el Veterinario.
De todos los miedos citados, me identifico con el último, pues cuando a mí me toca ser paciente, se lo que es sentir miedo. Me pasa por ejemplo cuando voy a revisión de rutina con el eminente Cardiólogo Dr. Oscar Sada Calzada, en quien confío plenamente, pero tengo miedo que me diga que no debo de comer lo que me gusta, que debo hacer ejercicio cuando prefiero descansar o que debo tomar tal o cual medicina de manera periódica, rutinaria y sin interrupción, cosa que no me gusta, pues me dice que de no hacerlo pongo en riesgo mi salud a futuro.
En fin para el ser humano existen miedos reales, miedos imaginarios y miedos escogidos; ojalá como los animales, que nuestros miedos nos sirvieran sólo para saber que debemos de vivir cada día de manera intensa y a plenitud como si este pudiera ser el último día de nuestras vidas.
Y ahora para terminar una gota de filosofía: TODO EN LA VIDA ES CIRCUNSTANCIAL, LAS PERSONAS CON FORTALEZA INCLINAN LAS CIRCUNSTANCIAS A SU FAVOR.