En días pasados comencé a pensar en todo lo que involucra para mí esta época decembrina; inmediatamente lo relacioné con las fiestas, posadas, la comida típica, las decoraciones y por supuesto, los regalos. Todo aquello que, desde niña, ha sido parte de mi vida en los festejos de este mes. Aunque sé que como yo, miles de mexicanos disfrutan esta temporada, es inevitable pensar en todas aquellas personas cuya realidad les impide vivirla como una celebración o como una buena noticia.
Al investigar sobre las tendencias de gastos en la temporada navideña, pude encontrar que World Remit, una plataforma mundial de trasferencia de dinero, realizó un estudio a 14 países que reciben remesas, entre ellos México, para conocer los gastos que realizan los mexicanos en estas épocas de fiestas, desde Navidad hasta el Día de Reyes. De acuerdo con los datos, las familias mexicanas gastan un aproximado de 19 mil pesos entre comida, decoraciones y regalos, siendo una de las regiones que más gasta. A pesar de lo impresionante de las cifras, esto sólo me hizo pensar que este estudio está basado en un porcentaje mínimo de mexicanos que pueden permitirse ese gasto.
Es importante tomar en cuenta que tan sólo en el 2020, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), informó que el 43.9 % de la población vivía en una condición de pobreza y el 8.5% en pobreza extrema. Prácticamente la mitad de la población mexicana tiene carencias en el ámbito de la salud, seguridad, calidad de vida, acceso a los servicios básicos y acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
Sólo basta contrastar esta información con el estudio de World Remit y con el salario mínimo aprobado en el 2022 que corresponde a $172.87 por día, es decir, un aproximado de $5,200 al mes, para darnos cuenta que las condiciones de desigualdad de distintos sectores de la sociedad son abismales. Mientras una persona tiene la posibilidad de gastar más de 15 mil pesos en estas épocas, para otra esa cantidad corresponde al salario de tres meses de trabajo.
Para muchas personas es prácticamente imposible acceder a los regalos, comida y demás lujos que traen consigo las fiestas decembrinas. Por lo que esta época nos debe invitar no sólo a la unión familiar y al agradecimiento de todo lo que somos y tenemos, también a la reflexión sobre nuestra condición de vida; si vivimos en una situación privilegiada, podemos aportar a la sociedad con la donación de alimento, ropa, juguetes, medicina, etcétera. O simplemente entender que nuestra realidad no siempre corresponde a la realidad de otras personas; tratemos de ser empáticos y de dar y compartir lo que podamos con aquellos que no tienen las mismas posibilidades.