Los resultados del Censo Poblacional 2020 han revelado algunos datos relevantes para considerar, en relación al envejecimiento de nuestro país, no solo con la generación que actualmente está engrosando las filas de la población, sino que ya no somos el país joven de hace unos años.
Algunos de los hallazgos nos indican que en las décadas venideras tendremos un país que envejece rápidamente, pues habrá un adulto mayor por cada 2 menores a 15 años, algo que en la década de los 70´s no se vislumbraba, al contrario, se procuró el control natal con la campaña "la familia pequeña vive mejor" y que facilitó que los nacimientos por familia disminuyeran fuertemente.
Podría considerarse un gran logro que el crecimiento demográfico en nuestro país se haya moderado, sin embargo, cuando la proporción de adultos mayores de 60 años sea superior a la de menores de 15, nos enfrentaremos a serios problemas para sostener a la economía, o bien, el retiro laboral será un lujo, en definitiva.
Veamos el panorama un poco más de cerca.
Ahora, más de la mitad de los adultos mayores oscilan en edades de 60 a 69 años (55%), seguidos por los de 70 a 79 años (30%) y finalmente los que sobreviven lo 80 (15%).
Además, es notorio que México es un país donde la mujer puede estar en situación más vulnerable que los varones dado que, para este grupo, mientras los hombres de 60 años o más permanecen unidos en pareja (74%), las mujeres solo el 47% lo está, esto indica que la mujer vive esta etapa como viuda, separada, divorciada, o bien, soltera, en cuyo caso, que si no tuvo descendencia se agudiza la problemática para vivir.
De por sí, la etapa de la adultez mayor se complica por cuestiones de salud física, todavía se agrava cuando se vive enfermo o bien, con una red de contención débil o inexistente.
Y ¿qué necesidades se disparan en esta etapa de vida?
· Cuidados por las enfermedades o limitaciones físicas naturales de la edad.
· Activación física
· Activación mental
· Recursos económicos (para la alimentación y servicios de salud)
· Paz y tranquilidad
· Compañía
Pero, principalmente, ser considerados como personas y no como estorbo.
La sociedad citadina tiende a olvidar a sus viejos, por múltiples razones, abandona, procura poco, incluso puede molestarse porque requieren de nosotros mucho más que una visita ocasional.
¿Qué tendríamos que hacer para que la vejez fuera una etapa tan bonita y funcional como la primera infancia, la juventud o la madurez?
¿Realmente nos estamos preparando para ese tiempo que, eventualmente y si tenemos la fortuna, llegará?
Solemos pensar que es nuestra juventud primera la importante para poder consolidad una vida madura, pero ¿qué tanto nos estamos preparando? ¿cuánto se prepararon los que nos antecedieron?
¿Estamos cuidando a la familia lo suficiente como para contar con ella en la recta final de la vida?
Vivimos de prisa, persiguiendo diversos objetivos que consideramos importantes, pero al final de la vida descubriremos si supimos, o no, ponderar bien las prioridades, pero sobre todo, si actuamos en consecuencia, disfrutando el presente pero invirtiendo para el futuro.
