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Humanismo mexicano

YAMIL DARWICH

La movilización fue tremenda; desde un día anterior, en distintos estados federales y ciudades mexicanas, -principalmente donde administran gobiernos morenistas- se difundían las invitaciones para acompañar a AMLO en su contramarcha y, de pasadita, pasear en la ciudad capital, recibiendo pagos que iban desde 250 a 500 pesos, transporte, torta y refresco.

Se trataba de acompañar al presidente a protestar contra la marcha de los mexicanos descontentos con su gobernanza, algo sin precedentes en México; en otras palabras: el electo se manifestaba contra aquellos electores que no aceptan sus resultados y, de fondo, dar respuesta pública y multitudinaria a los "aspiracionistas, clase medieros, clasistas y neoliberales" que se atrevieron a manifestar su inconformidad. Había que mostrarles "el músculo del Estado".

Entre gritos de algarabía y apoyo, -Claudia Sheinbaum, calculó 1,200,000 asistentes- los cercanos trataban de tocar al presidente, rompiendo los cercos de seguridad y exponiendo al festejado; él, sonriente, entre apretujones, iba dejándose querer, recibiendo la manifestación popular que le recarga el ánimo.

Manteniéndose cercanos, luego removidos a la fuerza por la muchedumbre, las corcholatas -término despectivo para los aspiracionistas a la presidencia de la República-, colaboradores, burócratas, miembros de la Guardia Nacional vestidos de civiles y muchos seguidores, -pagados, amenazados o convencidos- caminaban dificultosamente hacia el Zócalo Nacional.

Unos entusiasmados, otros "maiceados"; algunos con caras largas por la forzosa asoleada y obligado "baño de pueblo"; sin faltar quién buscara salir en la foto demostrando su disposición disciplinada; o subiendo a la red el desvanecimiento provocado por el esfuerzo de quien no posee condición física para caminar acalorado y por horas. Todos: tratando de cumplir, dejarse ver y esperar alguna recompensa.

Luego de casi cinco horas, llegó al apoteósico momento del discurso anunciando un nuevo lema: "Humanismo Mexicano", emocionando al que no comprende y borrando la palabra "populismo", desgastada por el abuso y ataque de los medios de comunicación fifís; de aquellos que no aceptan que: ¡Ya no es lo mismo!

Quienes tenemos más edad, recordamos la dictadura priista, cuando el preciso preguntaba la hora y algún cercano respondía: "las que usted ordene, Señor presidente". ¿Recuerda aquello de "¡arriba y adelante!".

El Tlatoani del presente, emocionado por la recepción de la muchedumbre acarreada, viviendo uno de sus grandes momentos del populismo comprado -calculados en miles de millones de pesos- tomó la palabra.

Le comparto unos extractos de la fantasía:

"Bueno, me da mucho gusto estar con ustedes. Como decía Martí 'Amor con amor se paga' y hay algo que quiero compartir con ustedes, dos reflexiones muy cortas, breves, una que me llamó mucho la atención y que me hizo muy feliz: es que la mayoría de los que participaron en la marcha son jóvenes. Hay relevo generacional". Las imágenes muestran mayoritariamente adultos.

"No a la reelección. Nosotros somos maderistas; sufragio efectivo, democracia efectiva, no reelección". Respuesta a paleros que gritaban ¡reelección!

"En los Estados con mayor pobreza, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, casi todos los hogares reciben el beneficio de al menos un programa para el bienestar. De los 35 millones de familias del país, 30 millones, es decir el 85 por ciento, reciben de manera directa cuando menos una pequeña porción del presupuesto público". Las estadísticas no confirman lo declarado.

"El salario mínimo pasó de 88 cuando llegamos al gobierno a 172 pesos, un incremento del 62 por ciento en términos reales". Declaración disuelta ante el incremento del costo de la vida y sobre el gasto por deficiencias en servicios médicos.

"Se han terminado y están en proceso nuevos contenidos para 25 libros de textos de preescolar, primaria y secundaria, con fundamento en el principio de educación pública, gratuita, laica, científica y humanista". Existe enorme preocupación.

El propio AMLO resume aseverando que:

En México ya no domina la oligarquía, sino que existe un gobierno democrático cuya prioridad son los pobres; la corrupción no se tolera ni hay impunidad para nadie; se acabaron los privilegios fiscales; no hay lujos en el gobierno federal y los servidores públicos; México está recuperando su prestigio en el mundo; el gobierno dejó de ser el principal violador de los derechos humanos. (…); está por convertirse en realidad el principio de que la educación y la salud no son privilegios, sino derechos del pueblo (…); hemos reducido la incidencia delictiva; las manifestaciones de protesta son pocas, no proliferan las huelgas ni existe ingobernabilidad; se garantiza como nunca la libertad de expresión y el derecho a disentir; México, hoy es santuario de las libertades; el gobierno no participa en fraudes electorales: la Fiscalía General de la República, y los poderes Legislativo y Judicial actúan con absoluta independencia; existe libertad religiosa y otras muchas frases que al imaginar ese país me llevan a suspirar por la tierra de Jauja que vende a los desinformados.

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