
(FERNANDO COMPEÁN)
El 24 de marzo de 1994 una noticia conmocionó a Lucrecia Solano Martino: Luis Donaldo Colosio, entonces candidato a la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), había sido asesinado de un disparo en Tijuana. “Para quienes lo conocimos y fuimos cercanos a él (y para los que no fueron cercanos a él también), fue algo muy fuerte que nos cimbró a muchas personas”.
Tras algunas semanas y con el estudio de la Revolución Mexicana a flor de piel, la historiadora encontró su catarsis al emprender una búsqueda: ¿Qué pudo haber sucedido la madrugada del 21 de mayo de 1920 en Tlaxcalatongo, Puebla, cuando Venustiano Carranza fue asesinado?
La doctora Lucrecia Solano Martino toma asiento en una butaca, dentro del auditorio del Museo Regional de La Laguna (MUREL). En unos minutos presentará, junto al reconocido historiador Javier Garciadiego, su libro La muerte de Venustiano Carranza: entre los recuerdos del porvenir. Sus 184 páginas abordan el final de un personaje parteaguas para la historia mexicana. Curiosamente, el bosque donde se encuentra el museo lleva el mismo nombre que el expresidente de México.
Carranza apareció en su vida en los textos escolares y acentuó su presencia por ser coahuilense y presidente del país. En el libro de Solano se aborda únicamente el asesinato de Carranza. Entre investigación y una prosa literaria, basada en la estructura de Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, la historiadora reconstruye el hecho y desecha el mito.
“Ha habido muchas controversias, con relación a la muerte de Carranza, porque él se había debilitado al final de su gobierno, tenía muchos adversarios. Iba a salir de la Ciudad de México rumbo a Veracruz, para emular lo que Benito Juárez en su época: salir, llevarse el archivo de la nación y todo el gabinete rumbo a la ciudad de Veracruz para seguir gobernando desde allá. Pero se descarrilan los trenes, lo traicionan los ferrocarrileros y empiezan a seguir el camino a caballo”.
Ese último viaje es la antesala del fin inevitable. Solano añade que algunos historiadores resaltan el hecho de que Carranza se suicidó. La teoría se creyó durante algún lapso de la historia, pero ella corrobora, a través del análisis de la autopsia, que en realidad fue un asesinato. La prueba máxima está en cómo entraron las balas al cuerpo de Venustiano Carranza.
“También hubo mucha controversia sobre por qué los colaboradores fueron a su cabaña y por qué no lo ayudaron o lo quitaron para que no lo mataran. Pero tenemos que entender el contexto: eran las cuatro de la mañana, era una noche lluviosa, estaban en un pueblo semiabandonado, estaba todo oscuro, ya habían apagado las velas para irse a dormir y la cabaña más cercana estaba lejos. Además, los adversarios que entraron a fusilarlo, a matarlo, empezaron a gritarle a los correligionarios: ‘¡Ya salvamos al presidente Carranza! ¡Ustedes no se preocupen!’. Entonces ellos huyeron pensando que Carranza estaba en buenas manos y no, ya lo habían matado”.
Los cinco escenarios que estructuran al libro, asemejan cada uno a un pétalo. En el centro de la flor se encuentra el hilo conductor del volumen. “Leo el primer borrador de mi libro y me doy cuenta de que me da el ritmo de Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Entonces voy al libro de García Márquez, lo releo, lo estudio y de ahí obtengo la estructura de los cinco escenarios y es lo que trato de construir en él”.
La muerte de Venustiano Carranza: entre los recuerdos del porvenir fue la tesis de maestría de la historiadora. La presentación fue organizada por el Colegio Coahuilense de Investigaciones Históricas y el Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE).