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¿Qué con el socialismo?

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE.-

Así como el paraíso celestial, para muchos, es una quimera; los paraísos terrenales parecen ser lo mismo. En ninguna parte existen, pero la gente se deja convencer de lo contrario y es capaz de darlo todo con tal de tener una leve esperanza de que en un futuro podrá alcanzar un bienestar.

Muchos países se entregaron a ello, para construir un estado que resultó ser un infierno; tal vez peor que los sistemas anteriores a los cuales derrocó. Rusia, China, Corea del norte, Cuba; Stalin, Mao, Los Kim, Los Castro. La hambruna no fue combatida, por el contrario, a los gobernantes no les ha importado utilizar a sus pueblos como esclavos; o para no ser tan drásticos, como masa anónima, para lograr sus fines personales que más tienen que ver con su propia vanidad que con la justicia social.

Hasta a los suyos han asesinado; Stalin a Trotsky, los Kim a sus propios familiares, los Castro a quienes les ayudaron a hacer la revolución, como Matos. Igual que en la Inquisición, o como en la época de terror francesa, asesinar a quienes podían convertirse en una amenaza para su poder, se volvió todo un hábito, donde el llamado pueblo no tenía nada que ver. Los pobres siguen siendo pobres, pero ahora, tienen que adorar a quienes les ofrecen las migajas que no sacian su hambre. El materialismo socialista ha convertido al hombre en cosa. En estos países, no existe la libertad de expresión; ni siquiera, el consuelo del arte.

1984 y La rebelión en la granja, de Orwell, son un reflejo de esa realidad. Un gran señor se impone a un pueblo que deja de tener conciencia y se vuelve un autómata que para lo único que sirve es para recibir órdenes. El pensamiento individual es aniquilado. La democracia es un estorbo. La opinión pública debe ser la opinión del dictador. La oligarquía se disfraza de cordero, o de buen pastor, que dirige a su ganado al matadero.

¿Cuál es la diferencia entre la esclavitud romana y la cubana de hoy? En el primer caso, se podía ser amo de un griego inteligente y alquilarlo como maestro, en el segundo, se pone en alquiler a los doctores. Quienes cobran son los amos. Los esclavos se aguantan con lo que les quieran dar.

Siglo XIX y XX fueron testigo del fenómeno de las masas. Mucho se ha escrito sobre el tema. Su voluntad es muy influenciable, tiende a creer lo que les dicen sin comprobarlo. Tiende a consumir lo que se pone de moda, aunque no le sirva para nada. Tiende a actuar si alguien le vende la idea de que su actividad tiene algún valor. Es posible llevarlo hasta los excesos. Así se construyó el fascismo y el nazismo. Así se asesino a la juventud en la primera y en la segunda Guerra Mundial. Así se siguen llevando a los hombres a las guerras.

De la misma forma se les narcotiza y se les hace mercado del mundo de las drogas y los excesos. La masa no piensa. La masa actúa y la masa compra. La masa repite la consigna y destruye lo que la cultura ha construido. "La rebelión de las masas" de Ortega y Gasset es un clásico. Hay muchísimos libros que hablan sobre este tema.

Nuestro querido señor presidente no es nada tonto. Conoce de sobra la psicología de las masas, y las maneja según le conviene, como lo han hecho sus antecesores. Les hace creer que acabando con el INE o la manera de cómo funciona, va a mejorar la democracia. Es todo lo contrario, porque podrá controlar las elecciones desde la secretaría de gobernación. Hará que los consejeros le obedezcan, como lo hacen sus diputados y senadores, o como quisiera ser obedecido por el poder judicial. Si se sale con la suya, es el principio para acabar con la democracia. En los estados que nombré al principio de este artículo, no existe. Lo ha hecho Ortega con Nicaragua.

Con el poder absoluto en sus manos podrá hacer lo que quiera con la nación sin preguntárselo a nadie. No en balde, construye un ejército fuerte que si bien no sirve para controlar al narco, si puede servir como amenaza y control de todos aquellos que no estén de acuerdo con sus decisiones. Si dejan de existir las instituciones, el futuro del país se pone en manos de la voluntad de un hombre a quien lo único que le interesa es su megalomanía personal. El gran hermano.

Está narcotizando al pueblo. Da a manos llenas, dadivoso. No se vale pensar que todo ese dinero es improductivo, no produce fuentes de trabajo sino lazos dependientes. Se está convirtiendo en el padre nutricio. No te preocupes, yo te doy. Ahora no te pongo condiciones, ya llegará el momento de ponértelas.

Construye un enemigo: los fifis, el neoliberalismo. Azuza a su gente en contra de ellos. Minimiza las acciones de los contrarios y se burla de las voces opuestas a su voluntad. Lo mismo hizo Hitler con Alemania.

En un estado como se nos quiera imponer es muy difícil la salida. Pregúnteles a los cubanos si pueden salir. Pregúnteles a los rusos si pueden desprenderse de las dictaduras que siempre los han gobernado. Que diferencia hay entre un zar y Putin. Pregúnteles a los coreanos del norte si han alcanzado la felicidad.

En un gobierno liberal se puede ser corrupto e imperfecto, pero siempre existirá la posibilidad del cambio. En una dictadura socialista no existe esa posibilidad. El hombre masa se convierte en el hombre esclavo que ha de pacer en un corral.

Es preferible morir siendo libre que vivir en la esclavitud.

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