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Ensayo sobre la cultura

La raíz española

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE.-

Con perdón de nuestro presidente, como entra octubre, me veo precisado en hablar de mi herencia española; esto es algo que no puedo negar, hayan sido conquistadores, como lo eran los pueblos pre hispánicos, de los cuales ya he hablado, o no.

Lo de conquistadores, tenían motivos para serlo, ya que la península ibérica fue escenario de sucesivas conquistas, por diferentes pueblos. Los celta iberos habrán sido de los primeros moradores de la península, pero pronto fueron desplazados por otras naciones quienes pretendían ser hegemónicos en el mediterráneo.

Los primeros, fueron aldeas, como cualquier otra, que fueron expandiendo su territorio y su influencia, imponiéndose a otros, más débiles, que sucumbieron ante su fuerza. Los romanos, en Italia y los cartagineses en las costas de África. Los segundos, más que nada, eran comerciantes, pero en un momento dado, hubo una familia, los Barca, militares de profesión, que se enfrentaron a los romanos en lo que conocemos las guerras púnicas. Aníbal, fue quien más sobresalió en la segunda, con sus elefantes, cruzó los Pirineos y estuvo a punto de vencer a los romanos, pero el senado le quitó su apoyo; lo único que les interesaba a esos políticos era el comercio, y fue derrotado, con el tiempo, Cartago, destruido. Algunos elementos culturales de los cartagineses debieron de quedar en la Península Ibérica.

Después, los conquistaron los romanos. Fueron absorbidos por el imperio, tanto así que varios de sus emperadores fueron españoles: Trajano, Adriano, Marco Aurelio, Teodosio.

A la caída del imperio, los pueblos bárbaros entran y conquistan; uno de ellos son los visigodos que se van a avecinar en la parte norte de España. Primero eran arianos, pero se convirtieron al catolicismo por conveniencias políticas. Más tarde, la parte sur de la península sería invadida por la rama omeya de los musulmanes. De las dos etnias, se formaron, diferentes reinos. Los judíos también se establecieron en estas ciudades, pero su actividad, más que ser militar, fue comercial.

Las tres religiones del libro convivieron en la península, algunas veces peleando entre sí y muy pocas en convivencia. Estas pocas fueron suficientes para que hubiera avances culturales de importancia. Avicena y Averroes fueron grandes intelectuales que moraron en la península ibérica musulmana. Podemos mencionar a Alfonso X en la parte cristiana. Una idea de la situación política te la puede dar el cantar del mío cid.

Durante nueve siglos, se dedicaron a la guerra los unos contra los otros, y entre ellos mismos. Se formaron reinos diferentes que no lograron la unificación hasta con los reyes católicos.

Aquí hay mucha historia que contar; pero sólo hablaré de unos cuantos detalles. Almanzor llegó con sus ejércitos hasta Compostela. Almanzor fue un musulmán que se apropió del poder, al gobernar en nombre de un niño al cual enajenó. Sus hijos perdieron la herencia del padre. En este tiempo, Toledo fue la capital más importante, un tiempo en manos musulmanas y otro, en cristianas. El punto de inflexión en el conflicto fue las navas de Tolosa, donde los musulmanes perdieron. El golpe de gracia lo dieron los reyes católicos quienes unificaron la península en 1492. Tres de sus decisiones van a afectar el desarrollo cultural de lo que a partir de aquí podemos llamar España: la expulsión de los musulmanes, la expulsión de los judíos y la inquisición que nada tuvo de santa.

Otras situaciones políticas que debemos tener en cuenta, fue que la comunicación entre Asia y Europa tenía muchas inconveniencias. Por tierra, la ruta de la seda, casi estaba interrumpida por los turcos y otros pueblos musulmanes. Hay que leer los viajes de Marco Polo para comprender los impedimentos comerciales terrestres. Surge la leyenda del preste Juan, un pretendido reino cristiano en Asia. Las rutas marítimas fueron monopolizadas por los portugueses, que no llegó a unificarse con España hasta el intento de Felipe II.

Colón, lo que ofreció, fue otra ruta para llegar a Asia, la tierra de las especias. El interés era comercial; y claro, de conquista. Si eran culturas acostumbradas a conquistar y a crecer a base de la espada, no iban a decir que no al intento. Hasta la iglesia católica lo hizo: las cruzadas no tuvieron otra intención más que la comercial y la conquista.

En todo el mundo nadie se salvó, ni se salva, ejemplo de esto: Rusia, China, Corea del Norte, el ansia de tener la bomba atómica, el ansia del poder económico y político. Una pregunta: ¿para qué necesitamos tal supremacía del ejército? Es el arma de un gobierno represor o de un Pinochet.

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