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El Nazas en el valle lagunero

JOSÉ EDGAR SALINAS URIBE

Dos días de intensos escurrimientos fueron suficientes, la semana pasada, para que la presa Lázaro Cárdenas (El Palmito) captara 230 millones de metros cúbicos de agua, lo cual representa un volumen equivalente al que se necesita para cubrir las necesidades domésticas de la población, las de la industria y el comercio de toda la zona metropolitana de La Laguna durante un año y medio. Ese mismo volumen representa más del requerido para el programa Agua Saludable para La Laguna que, según lo proyectado, estaría requiriendo 200 millones de metros cúbicos para cubrir la demanda creciente proyectada para el año 2050. Dos días de intensos escurrimientos bastaron para captar ese volumen.

En la región lo que se ha difundido como si fuera un dato irrebatible es que no hay agua en la Comarca. Es una afirmación que a fuerza de repetirse ha ganado terreno en ciertos ámbitos de activismo y de la cobertura mediática. Y es que, al tener condiciones semidesérticas en el valle de La Laguna lo más lógico para la percepción es suponer que, en efecto, no hay agua. Sin embargo, no es así. Ese dato de que solo dos días de intensos escurrimientos captados en El Palmito superan la cifra proyectada para Agua Saludable es una muestra de que la frase de carencia de agua en la región tiene su fundamento en diversas motivaciones, pero no en la realidad hidrológica de la cuenca. Desde el punto de vista de la realidad hidrológica de la región es falso decir que no hay agua en la Comarca.

Lo sucedido en la zona metropolitana de Monterrey llevó al debate nacional la posibilidad de que esa situación se repitiera en otras zonas del país, particularmente aquellas de baja precipitación, como es el caso del Valle de La Laguna. ¿Qué nos llevaría a ser optimistas y afirmar que en esta región no sucedería algo como lo que han atravesado este año en Nuevo León? La respuesta la ofrece precisamente la conformación de las cuencas alta, media y baja que integran a la Comarca Lagunera y que históricamente han asegurado disponibilidad de agua superficial y recarga de acuíferos. El optimismo, por tanto, no se basa en un acontecimiento como el de estos días, sino en el comportamiento del régimen de lluvias en las cuencas alta y media y el sistema de captación y regulación de las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco. A partir de los datos registrados por más de setenta años, se puede afirmar que la Comarca Lagunera, debido a sus condiciones hidrológicas, ha asegurado entradas renovables cada año a su sistema de presas equivalentes a seis veces la demanda anual de la población de toda La Laguna. En la Comarca Lagunera históricamente ha habido alta disponibilidad de agua y las condiciones de la región permiten suponer con alta probabilidad de que así seguirá siendo.

Desde luego que surgen muchas preguntas si afirmamos, asentados en la realidad hidrológica, que en la Comarca hay disponibilidad de agua, puesto que entonces cómo responder al hecho de que cada año en el estiaje haya tandeos en muchas colonias; cómo se explica que otras tantas se queden sin agua por días. O cómo explicar que haya comunidades rurales que reciben agua solo en pipas. O cómo entender la petición del sector rural de pedir más agua. Si bien la respuesta amerita mucho más espacio, en resumen se podría decir que hasta el momento la explicación no obedece a un problema de disponibilidad de agua en la región, sino a cuestiones de gestión, distribución e infraestructura en el ámbito de la competencia de cada uso. De allí que Agua Saludable sea una propuesta muy relevante para el futuro de la gestión del agua en la región.

El debate en torno al agua en La Laguna es infructuoso si se mantiene en clave de escasez porque sencillamente parte de un supuesto falso. Por el contrario, será útil para la población, las actividades industriales, agrícolas, comerciales, urbanas y pecuarias si se hace en clave de sostenibilidad y se buscan respuestas para el uso óptimo, tecnificado y sostenible de la bendición que por siglos ha sido el agua para La Laguna. Nuestra generación ha recibido de la naturaleza esa bendición y tenemos la obligación de que siga siendo una bendición para la biodiversidad regional y las futuras generaciones.

@EdgarSalinasU

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Escrito en: editorial Edgar Salinas Uribe editoriales

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