Terminó la ventana de fichajes de verano, misma que prometía ser espectacular porque sabíamos que era cuando se decidiría si se moverían, o no, las grandes figuras del futbol mundial. Y hasta el último minuto ha tenido una intensidad total, teniendo entre otros protagonistas, al Barcelona.
El fichaje récord fue el de Antony: 100 millones para el Ajax (procedentes de Manchester), de los cuales 20 van para el Sao Paulo, por derechos de formación. ¿Un precio exorbitado y fuera de sí? Claro, eso seguro. Un chico de 22 años con apenas un par de temporadas en el futbol holandés no vale eso. Pero es brasileño, atacante por banda y hábil con el balón. La fórmula ideal. Pero si comparamos su rendimiento en la Erediviese con el de Lozano, 'El Chucky' lo pasa con diferencia en goles y asistencias. El mexicano fue a Nápoles por menos de la mitad.
Y cuando comenzaba el verano sabíamos que Lewandowski se quería ir. Que era el momento de salir de Haaland y que la novela Mbappé terminaría de una vez por todas. Todo eso se definió hasta cierto punto "rápido", y nos quedó un largo camino en agosto con muchos otros movimientos "menores" interesantes, pero sobre todo, con una duda. Una duda que no era sino información certera que venía del mismísimo presidente del Real Madrid, mismo que encabeza la Superliga bajo la promesa de que hay que salvar al futbol porque todos los equipos están en crisis.
¿Crisis cuando el Madrid ofertó 200 millones por un jugador que acaba contrato en unos meses? ¿O que luego pagó 80 por un joven mediocampista de Francia? El Barcelona, en tanto, hipotecó el club para apostar al corto plazo con palancas y refuerzos como si jugaran al FIFA. Y los otros clubes fundadores de esta Superliga, los de la Premier, mejor ni hablar: gastaron más de 1035 millones en refuerzos.
Segundo tiempo
Chelsea, para darnos una idea, terminó con un balance negativo de 222 millones de euros, con cambio de propietario incluido, ya que Abramovich se vio involucrado negativamente por el conflicto de Ucrania y Rusia. Pero aquí no acaba la cosa. Los Blues pagaron 80 millones por un central del Leicester de 21 años: Fofana. Con su debido respeto, pero ¿lo habían escuchado antes? Luego, metieron casi 70 millones por Cucurella y 40 por Koulibaly. Eso, en puros defensores. Fueron también por Sterling y depositaron más de 55 millones al City. Una completa locura, porque las bajas que tuvieron dejaron solo 54 millones en las arcas.
United fue una cosa de hacer las cosas a la carrera. En su caótica novela, Cristiano parece que termina por quedarse. O al menos, no se marchará a un club que juegue la Champions, pero no descartemos que vaya a una liga menor todavía, porque para ten Hag, no ha contado en el once titular en estos últimos tres juegos, que curiosamente, han ganado. Los Red Devils trajeron a Antony, Casemiro, Lisandro, Malacia, Eriksen y Dubravka. Un refuerzo por cada línea que significó un gasto de casi 240 millones, convirtiéndolo en el segundo club del mundo que más gastó en estos meses.
Los proyectos del Forest, West Ham, Tottenham o Arsenal también pintan muy interesantes. Curiosamente, el City ahora no gastó tanto, aunque creo que fue quien se llevó al mejor jugador del mercado: Haaland y su récord igualando a Agüero con más goles en sus primeros cinco juegos. Una cosa inentendible que el noruego no necesite ningún periodo de adaptación. Parece ser la pieza faltante para el City en las noches importantes. No descartemos tampoco transacciones importantes en el mercado invernal, ya que como hay un Mundial en puerta, van a surgir figuras importantísimas.
Tiempo extra
De los 15 equipos que más invirtieron en refuerzos este mercado, 10 son ingleses. Chelsea fue el que más, seguido de United, West Ham, Tottenham y Nottingham Forest.