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Corrigen error histórico en EUA

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Han pasado tantos sucesos dramáticos en los últimos días que resulta sumamente difícil escoger el tema para desarrollar en este artículo.

Desde el asesinato aún impune de dos sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara hasta la muerte por asfixia de 53 migrantes -al menos 27 mexicanos- que fueron abandonados en un tráiler cerca de San Antonio, Texas.

A ello hay que agregar el crimen de un periodista en Tamaulipas, el asesinato de una cantante en la ciudad de México y los interminables ajustes de cuentas entre los grupos narcos que día con día aumentan su poder a lo largo y ancho de México.

Pero hay un evento extremadamente positivo, nada trágico y que podría a la postre reducir la cultura de la muerte que asuela a nuestras naciones al que hoy dedicaremos este escrito.

Nos referimos a la decisión de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos que dio reversa al polémico litigio judicial Roe vs. Wade que en 1973 dictaminó que la Constitución de Estados Unidos protege la libertad de una mujer embarazada para elegir abortar sin excesivas restricciones gubernamentales.

Tal decisión de la Corte, que en su momento dividió a la sociedad norteamericana y que ha sido considerado como un error histórico, disparó la práctica de abortos y dio rienda suelta a sus promotores para qué tal acción fuera considerada como un derecho inalienable de la mujer.

En otras palabras, se extendió la creencia de que el aborto estaba protegido por la Constitución al igual que otros derechos como el de la libre expresión, de religión, de asamblea y del uso de armas, entre otros.

La decisión de la Corte de 1973 provocó la anulación de muchas leyes federales y estatales en contra del aborto al tiempo que promovió toda una industria -muy productiva, por cierto- de la práctica del aborto, el uso de anticonceptivos y recientemente de la llamada píldora del día siguiente o del día después.

Vale apuntar que el fallo en contra del caso Roe vs. Wade no significa una prohibición del aborto en el vecino país, tampoco la penalización del mismo.

Simplemente lo que comunica la Corte norteamericana es que el aborto no es un derecho constitucional y por lo mismo debe ser regulado por las leyes estatales a quienes tocará decidir si es legal o ilegal y en que circunstancias.

De ahí que el aborto se mantendrá como una práctica permitida en estados liberales como California, Nueva York, Massachusetts e Illinois, entre otros, pero será prohibido o restringido en entidades tradicionalistas como Texas, Utah, Arkansas, Missouri, Idaho y varias más.

Además se generarán en los próximos meses una avalancha de iniciativas legales ya sea para prohibir la práctica del aborto o para aprobarlo. En Arizona, Alabama, Florida y Wisconsin están por legislar en contra del aborto.

Por todo lo anterior la resolución de la Suprema Corte representa un firme obstáculo para los promotores del aborto, cuya defensa se había convertido a todas luces en una bandera política y electoral.

Hoy en día los demócratas son furibundos abortistas mientras que los republicanos están a favor de la vida de los bebés en gestación.

Cabe señalar que en las últimas décadas la práctica del aborto inducido en Estados Unidos disminuyó sensiblemente, en 1990 se registró el mayor número de abortos con 1,429,247 mientras que en el 2016 se redujo a 623,471 casos.

Al parecer esta baja se explica por dos factores: por una mayor concientización de las mujeres en el tema del embarazo y la segunda por el uso de la pastilla del día después.

Lo cierto es que la batalla por defender la vida y restringir el aborto no ha terminado, por el contrario se espera por parte de los grupos liberales una nueva campaña para gestionar leyes estatales e incluso federales que pudieran de alguna manera reconocer de nueva cuenta el derecho al aborto por parte de las mujeres.

Por lo mismo será necesario que los grupos por-vida emprendan acciones prácticas para que el aborto sea cada vez una salida menos socorrida para los embarazos no deseados de las mujeres de todas las edades.

Quizás será necesario establecer una red de clínicas en donde se brinde atención de primera a las mujeres que planean abortar para convencerlas de lo contrario e incluso apoyarlas en un proceso de adopción.

Las clínicas pro-aborto en Estados Unidos -Planned Parenthood opera más de 600 centros- deberían ser transformadas en un futuro para defender a los bebés en gestación y a sus madres jóvenes que no saben que hacer en un embarazo inesperado.

Esto es apenas el principio de lo que podría ser una nueva cruzada de la sociedad norteamericana a favor de millones de seres indefensos cuyas vidas les fueron arrebatadas.

Sin duda en México lo ocurrido allende del Bravo repercutirá de manera positiva, pero de eso hablaremos en otra ocasión.

NOTICIA FINAL

Lo que faltaba: en Guadalajara y también en Zacatecas reportan que grupos criminales exigen el cobro de piso a iglesias católicas y de paso colectan un buen porcentaje de los ingresos por eventos comunitarios de las parroquias. ¿Hasta cuándo, pues?

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