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Encontró refugio en la música desde los primeros años de su vida. Pasó los acordes de su infancia y adolescencia en Ensenada, Baja California. En su casa siempre existió un piano y una guitarra, pues su madre era aficionada a la música y fue ella quien le otorgó sus primeras clases. Era claro que a Natanael Espinoza, director y fundador de la Orquesta Filarmónica del Desierto Coahuila (OFDC), se le daban más las artes que los deportes.
Hace unos días fue reconocido con la Presea Manuel Acuña que otorga el Ayuntamiento de Saltillo, en una ceremonia realizada en el Centro Cultural Vito Alessio Robles. Se trata del máximo reconocimiento a la labor cultural en la capital de Coahuila, otorgada a creadores y promotores del arte. Espinoza tiene ambas características, pues lo mismo crea y dirige música, que fomenta su promoción.
Camino
Al terminar la preparatoria decidió viajar a Saltillo para estudiar guitarra en la Escuela Superior de Música (ESM) de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Quedarse en la Península de Baja California no era opción, pues no había lugares con la oferta educativa de estudiar música a nivel profesional.
“Llego a estudiar la especialidad de guitarra clásica. Ya estando en la universidad, descubro el violoncello, ahí con los compañeros y con la oferta que había. Finalmente, decido cambiarme de especialidad a los tres meses de haber llegado y comencé mi carrera como violoncelista”.
Más tarde, entre 2006 y 2007, el maestro Carlos Mendoza, entonces director de la Ópera de Venezuela, visitó Saltillo. Natanael Espinoza se apuntó a tomar clases con él y compartió experiencias musicales y académicas, siempre desde una perspectiva de amistad, exenta de ambiciones.
“Él me estaba compartiendo lo que hacía. Yo le preguntaba y fue una especie de mentoreo, de discipulado, en el que me vi involucrado con él. En ese tiempo, se comenzó a gestar un movimiento sinfónico aquí en Saltillo”.
Más adelante, Espinoza recurrió a la administración municipal en turno para solicitar espacio en el Festival Cultural de Saltillo. La propuesta incluía organizar una orquesta con distintos músicos para efectuar un concierto. La respuesta fue positiva, siempre y cuando él mismo cubriera el 50 por ciento del costo mediante patrocinios.
Así nació la inquietud de establecer una orquesta sinfónica de manera profesional en la ciudad. Espinoza trazó primero un esbozo de lo que sería esta nueva orquesta, cuál sería su influencia y qué nuevas oportunidades para los músicos podría generar. Dejó paulatinamente el instrumento, mientras su nuevo proyecto se consolidaba.
“El hecho de que concentres a un grupo de gentes en una ciudad, de insertarlos en una sociedad, empiezan a generar una actividad, sí como músicos de la orquesta, pero también empiezan a realizar una actividad propia. Algunos de ellos son pequeños empresarios, otros dan clases, otros forman sus grupos de cámara, forman orquestas infantiles. Es decir, se empieza a gestar un movimiento cultural muy interesante para la propia ciudad”.
Actualmente, la OFDC cuenta con casi 70 músicos y a lo largo de sus ocho años de historia ha logrado acompañar a voces de la talla de Plácido Domingo, Javier Camarena y Andrea Bocelli.
“Al final del día, el director de orquesta es un tipo de instrumentista. El director de orquesta es el instrumentista y el instrumento es la orquesta”.
Agradecido
Si pudiera comparar su trayectoria musical en Coahuila con alguna obra de música clásica, el maestro Espinoza no duda en elegir a la Novena Sinfonía de Beethoven, pues ostenta un discurso sólido, desde el principio hasta el final, con tonos fuertes y en ocasiones agresivos; no obstante, no renuncia al sentido humano que lo caracteriza.
“El poema de Schiller que habla de la hermandad, de la cooperación, del trabajo en equipo, de lo que realmente nos hace seres humanos. Entonces, me gustaría compararla justo con esa sinfonía”.
Sobre la Presea Manuel Acuña, indicó que la recibía con mucha humildad y cariño, pues considera que en el estado de Coahuila existen muchos creadores que la merecían de sobra.
“Me parece que muchos colegas y artistas de diferentes áreas, bien pudieran haber sido merecedores de esta presea”.