Estoy agradecida con Dios, con la vida, con Mario, mis papás y hermanos, con mi familia política, los que rezaron, los que mandaron flores, videos, y con todas las personas que han estado conmigo de alguna u otra forma en este proceso. Y muy especialmente con mis hijos, que sin darse cuenta, me dieron las fuerzas para salir adelante. Me siento feliz y afortunada de haber conocido una parte de mí que no conocía, de haber salido de mi zona de confort, de haber aprendido y experimentado tantas cosas en estos 10 meses, de valorar la importancia del amor propio, de la salud mental, de la comida saludable, de trabajarnos a nosotros mismos, de darnos tiempo todos los días para analizarnos y de ver por nuestras necesidades.
En febrero de este año, descubrí casi por instinto propio (señal divina), un glioma (tumor), en el lado izquierdo frontal de mi cerebro, aparentemente benigno. Después de varias citas con diferentes doctores, dimos con el Dr. Alfredo Quiñones "Dr. Q" en la Clínica Mayo de Jacksonville, Florida, quién me operó en abril, una muy buena operación pues extrajo el 100% del tumor, cosa que no siempre se logra. No me voy a cansar de agradecerle nunca, no solo por el éxito de la operación, sino por su cariño y atención desde el minuto uno que lo conocimos. Es un Doctor orgullosamente mexicano, que se cruzó la barda en la frontera de México a EUA cuando era chico buscando mejores oportunidades. Hoy después de todos sus esfuerzos y desempeño, es director de neurocirugía en la Clínica Mayo. Volviendo al tema, al terminar la operación se mandó a analizar el tumor a patología, lo cual dio como resultado glioma grado tres, lo que significa cáncer. Para muchos doctores y otras personas cualquier tumor que crece donde no debería de estar, es cáncer. Yo estoy convencida de que no es así y que aceptarlo es vivir pensando que tengo o tuve cáncer. Soy una persona sana, con mucho que aprender y vivir todavía. Aun así, obviamente llegamos a Monterrey y tuvimos cita con radiólogos, oncólogos y opciones de quimioterapias, pero no estábamos convencidos de esa recomendación de los doctores de Florida, por lo que decidimos ir al MD Anderson en Houston, hospital #1 en cáncer. El 100% de los pacientes que vi, eran mucho mayores que yo, caminaban despacio, con poco o nada de pelo, se veían desanimados… eso me reafirmó que yo no pertenecía a ese lugar. Al final de cuentas patología en Houston nos dio un resultado diferente al de Florida, el tumor para ellos era grado 2, no 3 (las células del tumor si crecían, sin embargo, lento). Con ese resultado decidí quedarme. Y ahí aprendí la importancia de siempre buscar una segunda opinión. Dato adicional que yo no sabía antes de entrar a este proceso es que, muchas veces las quimioterapias ayudan la primera vez, pero la segunda ayudan menos o no ayudan y la tercera rara vez sirven, lo que sí hacen es destruir todo, tanto las células malas como las buenas, dejándote más débil cada vez y con menos defensas.
Por otro lado, leer el libro de Radical Remission me hizo abrir la mente y tener fe en otros métodos de sanación, habla de gente desahuciada que mandaban a despedirse a sus casas porque su cáncer ya no tenía remedio, se curaron con una serie o mezcla de cambios naturales en sus vidas, como cambio de hábitos, de alimentación, suplementos, meditación, yoga, menos estrés. Recomiendo este libro con los ojos cerrados, no es solo para enfermos ni con conocidos enfermos, es increíble darte cuenta de que nuestra alimentación, mentalidad y actitud son nuestra medicina diaria. Después de mis citas en Houston, decidí estar en observación durante un año, checándome cada dos meses (MRI). Hice cambios en mi vida, me alejé de lo que me quitaba paz, me metí a una serie de tratamientos alternativos, estoy tomando muchísimos suplementos diariamente (cúrcuma, resveratrol, omegas, chlorella, vitamina D, vitamina K, hongos japoneses, berberine, etc.). Como muchas más verduras, cero azúcar, nada de lácteos y muy poca carne roja. Lo más posible orgánico. Hago más ejercicio, voy con psicóloga semanalmente, reflexología cada mes, acupuntura cada dos, me conecto a una máquina que desintoxica y desinflama una vez a la semana, he leído más libros que los que había leído en toda mi vida, escribo todas las noches en un cuaderno de agradecimientos. No hay día que no esté agradecida de haberme despertado, tener salud y energía para vivir y celebrarlo y ¡me está encantando! No quitaría nada de lo que he estado haciendo estos meses. Me siento muy bien, con más energía y más positiva. Escucho muchísimos podcasts de todos los temas, en lo que manejo, en lo que me baño, cocino, etc., muchos de ellos son meditaciones, pero tengo pendiente practicar yo sola y hacer la meditación parte de mi rutina diaria. Estoy y estaré siempre infinitamente agradecida, como mencioné antes, con Dios, con la vida, mi familia y sobre todo con Mario que sin él no hubiera sido nada de esto posible. Gracias por llevarme de la mano todo el proceso, por buscar las mejores opciones, por no dejarme caer nunca y cuando tengo ganas de llorar o salir corriendo (sobre todo unos días antes de cada MRI) me entiendes, me acompañas y me das la seguridad que necesito en esos momentos. ¡Te amo! Mi más grande aprendizaje hasta ahora ha sido siempre reconocer mis sentimientos y decir lo que pienso, a quién sea que se lo tenga que decir sin guardarme absolutamente nada (sigo trabajando en ello porque no se me da tan fácil como parece). Si quiero llorar, llorar sin juicio. Si me quiero reír, reírme a carcajadas.
Les deseo a todos una vida llena de salud.
Te invitamos a inscribirte en nuestra página www.vibremospositivo.com para darte más información de nuestro movimiento y seguirnos en Facebook como vibremospositivo, en instagram como @jorge_lpz, @vibremos_positivo2020, escríbenos a [email protected].