
Verdades y rumores
La que de plano tuvo un “lapsus incoherentus” fue la diputada local de la provincia de Coahuila por el resucitado Partido Revolucionario Institucional, Martha Loera Arámbula, quien con tal de llamarla atención, y como si se tratara de un foro cómico, mágico y musical, subió al estrado del “Honorable” Congreso a decir que cualquiera que hablara del clan más odiado en la provincia, los Moreira, se tenía que lavar la boca. Y aunque parezca broma, a decir de nuestros subagentes, expertos en la cosa política, la férrea defensa que hizo la legisladora de sus exjefes, los ex “góbers” Rubén y Humberto Moreira, más allá de una muestra de cariño con sus verdaderos patrones, muestra que la legisladora no ha entendido que en tiempos electorales como los que están en marcha una de las estrategias del tricolor es precisamente alejar las siglas del partido del apellido Moreira, más porque uno de los integrantes del clan, Álvaro, ahora hace parte del congreso coahuilense, y ni siquiera él se ha atrevido a salir en defensa de lo indefendible, sus hermanos.
Nuestros subagentes, disfrazados de asistente con sueldo gerencial, nos comentan que el arranque de doña Martha, más allá de una defensa partidista, tiene que ver con el disgusto de la legisladora ante las tibias directrices que el jefazo del congreso, el lagunero Eduardo Olmos, les ha dado, y al parecer eso de que el PRI está muy unido no es tan cierto que digamos.
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Aún cuando la pandemia tiene con el “Jesús” en la boca al mundo entero, a muchos parece que el virus les hace lo que el viento a Juárez; y es que nuestros subagentes, disfrazados de campiranos, señalan que el presidente estatal del Revolucionario Institucional, Rodrigo Fuentes Ávila, ha provocado gran malestar entre la comunidad de la Flor de Jimulco debido a que comentan que don Rigo, quien es uno de los habitantes más prominentes de la zona, organiza constantemente fastuosas reuniones sociales donde aseguran se registran aglomeraciones fuera de todo protocolo ante el mortal coronavirus, lo que ha originado contagios positivos entre los pobladores debido a que varios de ellos prestan sus servicios durante las pachangas donde, dicen, desfilan personajes de la vida política, quienes con tal de departir alegremente hacen como que están en el mundo del revés, donde todo es color de rosa y se sienten inmunes al COVID-19, por lo que los habitantes de la región de Jimulco ya hasta le sacan la vuelta al jefazo del tricolor, pues, como dice el dicho, “hombre precavido vale por dos”. Lo mismo le pasó al rector de la Universidad Autónoma de Coahuila y suspirante al mismo cargo, Salvador Hernández Vélez, embajador honorario, ejidatario y promotor turístico de Viesca, quien invita todos los fines de semana a sus diez mil mejores amigos a las caminatas por los desérticos paisajes del municipio lagunero, bajo la consigna de que la pandemia no llega hasta los rincones de Viesca; claro, eso antes de que le tocara interrumpir su campaña a la reelección de la rectoría por salir positivo al funesto COVID, por lo que de inmediato más de un colaborador de don Salvador tuvo que correr a comprar la prueba para salir del susto.
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Y mientras se agudiza el desorden en el aletargado Plan Nacional de Vacunación del Gobierno federal, que nomás promete y promete la compra de vacunas rusas, chinas, estadounidenses, alemanas y las que vayan saliendo al mercado, cada vez más se complica la coordinación del Registro para la Vacunación de Adultos Mayores, que se supone ya abrió y cuya página se cayó de inmediato, qué raro en la 4T con la buena logística que manejan, pero del que nada se informó a los Estados, que son los que atienden en primera instancia a los grupos vulnerables. El “góber” ahora representante médico, Miguel Riquelme Solís anunció la disposición de 85 millones de pesos para la compra de medicamentos oncológicos en la provincia de Coahuila para combatir el letal cáncer, que es la tercera causa de muerte en la entidad. Don Miguel además anunció la formación de un Consejo (de esos que no hacen mucho, pero suenan bonito) con empresarios, especialistas e instituciones de la sociedad civil para administrar la entrega en todo el estado de manera que los niños y adultos que carecen de seguridad social reciban el apoyo en una acción permanente. Nuestros subagentes, a quienes les gusta leer entre líneas, se preguntan si el interés de don Miguel es que la entidad sea referente en atención al cáncer o es mandarle un mensaje al convaleciente presidente Andrés Manuel López Obrador de que mientras los enfermos de cáncer en el país tienen que salir a bloquear vialidades para exigir medicamentos y atención, en Coahuila no los dejan abandonados a su suerte. Y hablando del inquilino de Palacio Nacional, nuestros subagentes, disfrazados de prueba PCR “patito”, nos comentan que hay dos noticias, una buena y una mala, respecto al contagio del funesto coronavirus que mantiene guardado al conductor estelar de la “Mañanera”. La buena es que supuestamente la próxima semana se reintegrará a su conferencia matutina, pero la mala es que aunque hay quienes esperaban que debido a que se contagió modificara la estrategia de vacunación para avanzar en sinergia con los Estados o por lo menos se mostrara empático con los miles de mexicanos que han sido afectados en sus empleos y que han muerto por la pandemia, pues ni lo uno ni lo otro. Seguirán con lo mismo.
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Ahora que arrancaron las precampañas de los “suspirantes” a la alcaldía de Torreón, incluyendo los que todavía no han recibido el “humo blanco” de su partido, como es el caso de Morena, nuestros subagentes, que son fans de las inestables redes sociales, nos comentan que algunos, fieles a su estilo anquilosado y carente de creatividad, nada más con el fin de hacer ruido, empezaron a sacar con fuerza lo que consideran “trapitos al sol” sin importar lo desgastados y amarillentos, y los cuales tramposamente se acuerdan hasta ahora de que promueven su imagen. Los subagentes cuestionan si hoy en día hay un electorado más maduro y crítico, con una alta participación de mujeres que detentan la jefatura en sus hogares, incluso jóvenes con deseos de participar; ¿qué necesidad tienen los que aspiran a recibir el voto ciudadano de desgastarse en ataques, descalificaciones y cuestionamientos en vez de trabajar en propuestas bien articuladas que beneficien a Torreón y vayan más allá de la promesa y el bla, bla, bla? Que incluyan el cómo le van a hacer, para que no sea pan con lo mismo.
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Nuestros subagentes, disfrazados de cajero sindicalizado de la Tesorería Municipal, se preguntan y se preguntan adónde ha ido a parar tanto dinero que la Administración de Jorge Zermeño ha cobrado a los ciudadanos en sus tres años de gobierno. La pregunta surge específicamente de los respetables lectores de esta columna, que al momento de pagar el Impuesto Predial 2021 tuvieron que cubrir obligadamente cuotas que van desde los 100 hasta los 500 pesos que para el Centro Histórico, de 26 a 55 pesos para el DIF, otra suma igual para los señalamientos viales de la ciudad y una más para los Bomberos. Considerando las condiciones en que se encuentra el centro de la ciudad, la deteriorada señalética vial y hasta nomenclatura de calles, que se supone le han financiado empresas privadas, el caso del DIF, que no ha informado en qué aplica este dinero que pagan los contribuyentes, porque además tiene presupuesto específico, o hasta los bomberos, que ganan sueldos por de más castigados, los subagentes también le sumaron las cantidades millonarias que sigue captando el Municipio procedente de las multas viales, no de la vigilancia de los agentes de tránsito, sino de los “operativos” que a diario emprenden contra los automovilistas, ¿y el dinero de estas cuotas?, ¿por qué no se refleja en la ciudad? Es pregunta.