El Chelsea mostró ayer al Tottenham Hotspur lo caduco de su modelo de juego y la incapacidad de crear peligro sin su estrella Harry Kane y le derrotó por 0-1.
Un gol de penalti de Jorginho no tradujo el dominio de los de Thomas Tuchel, que podrían haber goleado de haber sido más incisivos arriba ante un Tottenham manso y sin ideas, en actividad de la vigésimo tercera jornada de la Premier League, disputado en el Tottenham Hotspur Stadium de Londres, a puerta cerrada.
PESA DEMASIADO
La baja de Harry Kane es un peso terrible para el Tottenham, que ya venía de pegársela con el Brighton en un partido horrible sin la referencia de su delantero.
Esta vez Mourinho escuchó las críticas y borró de su mente la idea de poner a Heung-min Son como falso 'nueve', relegando a Gareth Bale al banco y metiendo arriba a Carlos Vinicius, el único delantero puro que puede suplir a Kane.
El cambio de dibujo, sin embargo, no marcó diferencias. El Chelsea de Tuchel, pese al poco tiempo de cocción que lleva, era más equipo que un Tottenham que no tiene plan cuando no hay combinación entre Son y Kane. El monólogo era brutal, con el campo totalmente inclinado hacia la portería de Lloris, aunque con la falta de colmillo de la que adolecen los 'Blues'. Mucha posesión, poco peligro. Hasta que Eric Dier decidió cambiar eso con una patada infantil, innecesaria y que seguro puso de los nervios a Mou.
Estando en el suelo, soltó un puntapié a Werner, que cayó al suelo mientras Andre Marriner señalaba el punto de penalti. Se olvidó Jorginho de las florituras y los saltitos a la hora de convertir y mostró sobriedad por primera vez, marcando el gol de la victoria.
El único gol del partido lo marcó Jorginho desde el punto de penalti, ayudando a los 'Blues' a escalar a la sexta posición de la Premier. (EFE)