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PIÉNSALO, PIÉNSALO

EL RESETEO PASCUAL

ARTURO MACÍAS PEDROZA

Llegó la Semana Santa, hemos atravesada un desierto muy particular este año. El COVID-19 está en las cabezas y en los espíritus de cada uno de nosotros.

Un diálogo se instaura entre dos personas en la fila de las vacunas. Probablemente la fatiga, el estrés les hará abordar sus vidas, sus sucesos cotidianos. No obstante diferencias en cuanto a status social, un diálogo inteligente y constructivo los anima durante las tres horas de espera para ser vacunados.

Ellos quieren platicar de sus miedos ante el futuro, de los 200 mil difuntos, de su temor de que se enfermen sus familias y sus allegados. Exteriormente nada parece que tengan en común. Y no obstante esto, coinciden en un punto: la presencia de Dios en sus vidas.

Ellos hablan de cómo Dios ha irrumpido en sus vidas. Para uno de ellos, fue una tía que le hizo descubrir los textos bíblicos. Un domingo, ella lo llevó a misa y le enseñó a hacer la señal de la cruz ante una pila de agua bendita a la entrada del templo. Aquel contacto primero con la dimensión trascendente lo marcó desde su niñez. Era un lugar que no conocía, ya que era la primera vez que entraba a una iglesia. Lo impactó el ambiente que creaban las imágenes sagradas, las pinturas, los cantos, los vitrales, los olores y las actitudes de la gente que expresaba de manera indescriptible su experiencia de contacto con la divinidad. En la hora de la homilía se produjo un "clic": "Yo quiero ser monaguillo".

Con el tiempo el sacerdote le fue desvelando el misterio divinode una manera mistagógica más que pedagógica. Luego, con el catecismo, conoció mucho de lo que le inquietaba y se inició en la vida sacramental. Una peregrinación a un santuario y un retiro, le permitieron profundizar la Fe a tal grado que pensaba hacerse religioso, pero un dialogo profundo con el párroco lo orientó: "Estás equivocado. Tu te casarás y serás padre de familia".

Para él las Vigilias Pascuales son un renacimiento cada año, pero el sendero hacia Dios es difícil. Este año parece que Dios se esconde. Las experiencias anuales con las que estaba ligado desde pequeño han sido reducidas a su más mínima expresión.

Yo pienso - contesta su interlocutor - que es ahora cuando el renacimiento de la humanidad está por comenzar. Algunos hablan de un nuevo comienzo, de un cambio, de una nueva época que la pandemia está acelerando, pero no me está gustando el rumbo que está tomando. Grandes fuerzas económicas, políticas y sociales, quieren llevarnos a rumbos que no son mas que nuevas formas de control, manipulación, esclavitud y explotación. Algunos, muy pocos, quieren partir el pastel a su antojo y quedarse con todo.

- Pero yo creo quela Semana Santa ofrece un "reseteo" diferente.

- Fue bonito tu camino de crecimiento en tu vida de creyente, pero para esta hora estaba preparándonos Dios; los que creemos que la revelación de Dios se opera de manera particular a través de la "humanización", es el momento de hacer patente esta experiencia de Dios a la cual aspira sin saberlo el hombre contemporáneo. Si el mundo está tomando rumbos deshumanizadores es porque no han descubierto lo que tu y yo hemos experimentado. El hombre no es capaz de soportar el exceso de misterio, porque el hombre no acepta ser poseído y sometido por el misterio.

-Además, los que quieren someter a la humanidad de diversas formas, no soportana un Dios que actúa en la historia y con el hombre, y hacen parecer inútil la experiencia de fe; el mundo no necesita del amor de Dios; el mundo es autosuficiente; Dios no es en primer lugar Amor.

- Y esa mentalidad nos ha contaminado también a los cristianos, creemos que nadie necesita de su intervención en el mundo existente.

- Es por ello que la Pascua de este 2021, nos dará la oportunidad de experimentar la intervención de Dios en la historia, ante la necesidad de vida plenamente humana. Jesús nos hace comprender que el mundo no tiene la facultad dar al hombre el bienestar absoluto. Incluso puede ser fuente de desgracia.

- Cuando Cristo habla del amor que el Padre tiene por el mundo, la recreación del hombre es posible. El hombre sin Dios no se escapa del mal en todas sus formas y especies: epidemias, cataclismos, catástrofes, etc. El mundo necesita de ser salvado, liberado de la corrupción, de la muerte.

- ¡La inmortalidad no es de este mundo!

- La vida eterna no puede ser donada al hombre, sino por Dios.

- Y el hombre no se conforma con menos.

- Es entonces que la Pascua se convierte en el don de la vida que el mundo necesita. Por esola Pascua de este año es la oportunidad de renovación verdadera. Es ahora que las amenazas contra su dignidad, su libertad y su realización plena, son una realidad.

- La Pascua reposa sobre el hecho decisivo de la intervención de Dios en la historia humana; esta historia descubre la voluntad redentora de Dios y la misión de la Iglesia; es la historia de cada hombre y de toda la familia humana, quecon un "reseteo" pascual renueva sin cesar la historia de la humanidad.

- Y por tanto la Semana Santa que empieza hoy, implica que los que decimos tener fe, empecemos a renovar tantas cosas concretas en la política, en la economía, en las relaciones personales, en las relaciones con Dios…

- ¡Ándale! Ya seguimos para la vacuna. Hasta pronto.

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