En la calle se encuentran un par de amigos que tenían un rato de no verse:
-¿Qué hay? -¿Quihubo? ¿Cómo estás? -Muy bien, ¿y tú? ¿Qué dice la familia? -Bien, todo bien. ¿Dónde andas ahora? -Pues donde siempre, ya sabes. ¿Tú sigues con lo de antes? -Claro, como siempre, ahí andamos, dándole, no hay de otra. -Sí, así es. Oye pues a ver si nos ponemos de acuerdo para hacer algo. -Claro, yo estoy puesto. Ahí nos vemos. -Bye.
Esta puede ser una conversación de lo más natural de cualquier persona al encontrarse con alguien… de seguro usted ha estado en una situación similar. ¿Y qué se dijo? Pues no mucho que digamos, o sea que para la cantidad de palabras que se usaron, no se da mucha información relevante.
¿Esto significa que con una conversación de ese tipo estamos usando mal al lenguaje? ¡No, para nada! Ya sabemos que usamos las palabras para comunicarnos, pero con ello no nos limitamos exclusivamente a dar información. Por ejemplo, al saludarnos estamos siendo corteses, educados y expresando de diferentes maneras el gusto, o disgusto, que nos da el encontrarnos con esa persona que hace mucho que no veíamos.
Establecemos este tipo de diálogos a cada rato y pareciera que lo que estamos haciendo es desperdiciando palabras y no vamos al grano, pero no es así. Lo que hacemos es abrir el canal de la comunicación, en el que la información puede fluir con mayor facilidad y confianza.
Digamos que usted ya tiene un buen tiempo trabajando en la empresa y siente que se ha ganado un aumento de sueldo, aunque todavía no se lo han dado. Decide entonces ir y hablar con su jefe pero no va a llegar usted diciendo: "auménteme el sueldo" y ya, porque pues no sólo no se lo van a dar, sino que es muy probable que también le den "chispón", o sea, que lo despidan.
Por el contrario, llega usted con el jefe y los saluda amablemente: "Buenas tardes, don Severo, ¿no estará usted muy ocupado? Oiga, qué bonita su oficina…" y cosas así por el estilo para ir "preparando el terreno" y luego poco a poco ir llegando al tema del aumento de sueldo. Nada más que tampoco le dé demasiadas vueltas al asunto, porque don Severo, su jefe imaginario, va a terminar desesperándose y no le va a dar nada.
Esta finalidad de usar el lenguaje para abrir la comunicación y hacer preámbulo para un posible intercambio de información más profundo se llama función fática, y así encontrará usted su definición: "que pretende asegurar o mantener la comunicación entre el emisor y el receptor".
Este uso del lenguaje nos permite preparar el camino para establecer una comunicación objetiva, es decir, una más completa en el que se puede manejar una cantidad mayor de información o para cumplir cierto objetivo… como el aumento de sueldo, por ejemplo.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios al mail:
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ME PREGUNTAN: He sido maestra de matemáticas durante muchos años, pero me queda la duda si lo correcto es "matemática" o "matemáticas". ¿Cuál es la correcta, en plural o singular?
LE RESPONDO: Cualquiera de las dos formas es considerada como correcta, pero la más común es "matemáticas", en plural.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Si los tercos fueran flores, viviríamos en una eterna primavera.