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La serie del rey 2021

La peña beisbolera

JUAN ANTONIO GARCÍA VILLA

En medio de enorme dramatismo, el pasado miércoles 15 de septiembre quedó definido el equipo campeón de la temporada 2021 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). El desenlace se presentó hasta el séptimo juego de la serie final, también conocida como Serie del Rey, entre los equipos Leones de Yucatán, campeones de la Zona Sur, y Toros de Tijuana, campeones de la Zona Norte. Fue, por decirlo de algún modo, la serie de los extremos. Se pueden contar al menos tres. Como sabemos, se impuso finalmente la escuadra de Tijuana, a pesar de haber perdido los tres primeros encuentros.

Un primer extremo fue el geográfico. Porque la distancia que media entre el Estadio Chevron de Tijuana y el Kukulcán de Mérida es de 4, 067 kilómetros. Para cumplir el compromiso, consistente en celebrar los dos primeros juegos en Tijuana, los siguientes tres en Mérida y los últimos dos en Tijuana, los peloteros de Yucatán tuvieron que viajar nada menos que 16, 268 kms. en dieciocho horas de vuelo. Para tener una mejor idea de las distancias, cabe señalar que el diámetro de la Tierra a la altura del ecuador es de 12, 256 kms. Esto significa que los Leones de Yucatán le dieron la vuelta al mundo 1.25 veces.

El segundo extremo consistió en haber llevado la Serie del Rey a siete juegos. Contra lo que pudieran suponer los mal pensados, no siempre es ni ha sido así. No, ni remotamente. La Serie del Rey es a ganar cuatro de siete juegos posibles. Desde 1970, en que esta modalidad se implantó, solo en trece ocasiones –incluida esta de 2021-- ha llegado a siete encuentros. Un caso pues extremo, por no ser tan común. 

Y tercero: En medio siglo, es la segunda vez que un equipo que pierde los tres primeros juegos de la serie final, como para poner a cualquier mortal con el ánimo por los suelos, se recupera de tal manera que consuma la gran hazaña de ganar de manera consecutiva los cuatro siguientes. Tal proeza la lograron en 1971 los Charros de Jalisco, al mando de ese formidable mánager que fue Benjamín “Cananea” Reyes, el llamado “Pelón Mágico”, por desgracia fallecido prematuramente. Realizó la hombrada de ganarle cuatro juegos al hilo a los Saraperos de Saltillo, dirigidos por Tomás “El Sargento” Herrera.

Hay varios datos sorprendentes de esta Serie que acaba de concluir y de la similar de 1971, para los que no es posible, al menos por el momento, encontrar alguna explicación. 

Uno de entrada: ¿Por qué la Serie de 1971, también a ganar cuatro de siete juegos posibles, inició y terminó en Guadalajara, si durante la temporada regular de 146 juegos Saltillo registró mejores números?

En efecto, durante la temporada ordinaria de ese año, los Saraperos tuvieron 86 triunfos, 59 derrotas y un empate. En tanto que los Charros ganaron 82 y perdieron 62 juegos. El resultado práctico, como quiera adverso a Saltillo, fue que en esta última plaza se efectuaron 3 encuentros y en Guadalajara 4, cuando debió haber sido al revés. ¿Alguien sabe por qué?

Dos: Curiosamente, cuando el equipo que llevaba ganados en forma consecutiva los tres primeros juegos de la serie, en el día programado para el juego cuatro se presentó terrible aguacero. En 1971 en Saltillo y en 2021 en Mérida. Esto hizo que el cuarto juego se pospusiera un día. Se dice que en beneficio principalmente de los equipos que iban en picada, respectivamente, en los casos que nos ocupan, Charros y Toros. Aunque se supone que el descanso es para la rotación de pitchers abridores de ambos conjuntos, se asegura que resultan más favorecidos los lanzadores derrotados en su primera aparición. La explicación no convence, pero así se maneja, todo originado por Tláloc, o por Neptuno, como decían las antiguas crónicas beisboleras.

Tres: Consciente de que el caso amerita un análisis más detenido de lo sucedido en 1971, en apariencia el piloto Tomás Herrera, de Saraperos, no administró bien su rotación de pitchers abridores, que fue como sigue: 1. Felipe Leal (ganó), 2. Andrés Ayón (ganó), 3. Enrique Castillo (ganó), 4. Andrés Ayón (perdió), 5. Felipe Leal (perdió), 6. Ramón Arano, el famoso “Trespatines” (que perdió 2 carreras a 3 en tremendo duelo con Manuel Lugo) y 7. Enrique Castillo (perdió). ¿Cuál habrá sido la razón de que Arano no lanzara el cuarto juego en lugar del sexto, y de que haya optado para una segunda aparición por Andrés Ayón antes que Felipe Leal, quien tenía más días de descanso? ¿Alguien lo sabe?

Amén de que “El Sargento” Herrera, quien por cierto se quedó a residir en Saltillo, donde falleció hace cuatro años, no supo aprovechar que los Charros tenían suspendidos por indisciplina a tres lanzadores, entre ellos nada menos que a Enrique Romo (exligamayorista, lagunero por adopción) y a Cecilio Acosta, en el que fue, 1971, el mejor año de su carrera.

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