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Circunstancias

La inhabilidad de sentir emociones

Circunstancias

FRANCISCO PINEDA

Las emociones son respuestas positivas o negativas de la gente hacia algo o alguien, basadas en una función cerebral, y en relación a circunstancias internas (pensamientos, estados de ánimo) y/o externas (medio ambiente).

Algunos ejemplos de estas emociones pueden ser sentirse contento, triste, enojado, avergonzado, temeroso, etcétera. Estas emociones normalmente facilitan cambios en el estado de ánimo y en algunos casos en el estado físico, y pueden ser intensas, pasajeras, agradables o penosas. Sentir emociones son condiciones mentales normales, sin embargo, existen muchos casos donde algunas personas no poseen la habilidad de sentirlas, o expresarlas. Algunos autores le llaman "ceguera emocional,"(Scientific American, 2014) o alexitimia.

El diccionario de la Real Academia Española define alexitimia como "una incapacidad para reconocer las propias emociones y expresarlas, especialmente de manera verbal." En el terreno de las ciencias de la conducta, alexitimia implica una deficiencia en la habilidad de poner palabras a sentimientos y pensamientos, no porque alguien no quiera hacerlo, sino porque no puede, o no sabe la forma de expresarlo. Esta condición se manifiesta en adultos y niños, y puede presentarse de manera leve, moderada, o severa. Algunos investigadores, basados en sus estudios, sugieren que esta condición se manifiesta en aproximadamente 8% de la población masculina, y en 2% de la población femenina.

Existen casos donde las personas no tienen esta habilidad de sentir emociones debido a factores genéticos o físicos, por ejemplo, en el caso de ciertos niveles de autismo, esquizofrenia, depresión, u otras condiciones médicas como un daño cerebral. En otros casos la condición tiene que ver con la forma en que se desarrolló el carácter o personalidad. Algunos de los signos de alexitimia pueden ser dificultades para identificar y expresar sentimientos; entendimiento limitado sobre las causas de los sentimientos; dificultad para observar o darse cuenta sobre los sentimientos de otros; pensamientos e imaginaciones rígidas; desapego y dificultades para conectarse con otros, y experimentar intimidad.

El Dr. Richard Lane, psiquiatra y catedrático en la Universidad de Arizona, e investigador en el área de las emociones, hace una analogía entre la inhabilidad de sentir emociones, y una condición anómala de la visión en donde no se puede identificar colores (daltonismo). En esta comparación, alguien puede tener la capacidad de sentir, pero no puede percibir y expresar las emociones, positivas o negativas, que normalmente experimentamos en la vida diaria. Según el Dr. Lane, esta limitación en el sentimiento y expresión de emociones tiene que ver con una deficiencia en los circuitos de las células nerviosas asociados con las emociones, como una especie de "corto circuito" en el cerebro que no les permite expresarse cuando se está alegre, triste, enojado, etc. No es que la persona no sienta emociones, sino que el cerebro no logra interpretarlas.

Otros autores apoyan esta perspectiva, pero agregan que la manera de expresar emociones es principalmente causada por el medio ambiente o factores culturales, por ejemplo, la manera de no mostrar tristeza posiblemente modelada por uno de los padres de una persona quien cree que esta emoción es una debilidad, o que "los hombres no deben de llorar." Otro ejemplo puede ser las experiencias psicológicas traumáticas serias durante la niñez que limitan un desarrollo normal en la habilidad de procesar algunas emociones. Victimas de abuso y violencia por parte de los padres pueden desarrollar dificultades para interpretar emociones, y de bloquear la expresión de miedo, enojo, júbilo, entre otras emociones.

En la práctica clínica esta condición emocional, con la excepción de casos genéticos o físicos como el autismo, o un daño cerebral, no es considerada una enfermedad mental propiamente dicha, sino más bien, un rasgo del carácter adquirido desde edad temprana. En el campo de la administración de negocios, esta inhabilidad de sentir emociones es vista con ciertas ventajas porque en casos moderados la persona puede ser alguien con una forma de pensar lógica, concreta, y realista, lo cual se manifiesta en una manera calculadora y fría en la toma de decisiones. Cabe aclarar que en algunas ocasiones este tipo de carácter puede ser una personalidad antisocial o psicópata, y con una tendencia criminal.

Existen terapias conductuales que pueden ser de gran ayuda en los casos relacionados a inhabilidad de sentir emociones debido a rasgos del carácter. Mientras tanto, se recomienda reconocer que estas personas tienen dificultades para relacionarse interpersonalmente, y entenderlas para poder tener paciencia con ellas, en lugar de presionarlas por no responder a ciertas expectativas. Gracias por su interés en esta columna.

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