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Virgen de Guadalupe

El fervor guadalupano de los Rangel en Torreón

Una familia de la colonia Morelos mantiene vivas las tradiciones del barrio gracias a su danza

SAÚL RODRÍGUEZ

Los integrantes de la familia Rangel agitan sus guajes, alzan sus arcos, ondean sus nagüillas. Sus pies dictan ritmo a la tambora bajo los coloridos papeles que cruzan la calle Sexta de techo a techo. Es la víspera del 12 de diciembre en la colonia Morelos de Torreón, barrio enclavado entre cerros, en un cañón del poniente.

Hasta hace poco la zona fue afectada por el narcotráfico y ha tenido que soportar la mala fama causada por la tergiversación. "La gente siempre le ha echado de que hay mucha inseguridad, y puede que la haya, pero como en todos lados. Aquí vivimos igual o mejor que en otros lugares. Aquí somos una familia. En el barrio todos nos conocemos", comentó alguna vez el maestro Jesús Ríos, vecino del sector, fallecido por COVID-19 en octubre de 2020.

Quienes viven aquí recalcan que el poniente tiene más cosas buenas que malas. El sentido de comunidad entre los vecinos es de los más fuertes que existen en la ciudad. Las manifestaciones culturales se enraízan y quienes dejan las laderas de los cerros para buscar mejores oportunidades no olvidan su origen. Por eso hay una pregunta frecuente entre aquellos que retornan al barrio: "¿Javier todavía tiene la danza?".

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Javier Rangel Hurtado danza de matlachín frente al altar que se colocó en la calle Sexta desde las cinco y media de la tarde, del sábado 11 de diciembre. Tiene 62 años y le danza a la Virgen de Guadalupe desde los siete. El paliacate que cubre su frente complementa el vestuario de nagüilla roja. Marca el paso tras el cubrebocas. La operación sufrida hace un año no merma su ímpetu. Javier es líder del grupo de la familia Rangel y pionero de esta tradición dentro del poniente.

"Eso viene desde mi infancia, por mi papá, porque fue un devoto de la Virgen de Guadalupe. Él trabajó en el rastro, era administrador y ahí hacía su danza. Cuando ya no trabajó en el rastro se vino para acá, compró su virgen, que es esta, y desde entonces la veneramos, desde 1982".

El altar es iluminado por series y veladoras. También ostenta arreglos florales. Hay cinco imágenes y una escultura de la Virgen de Guadalupe. La cima es coronada por la bandera mexicana, en cuyo centro aparece la virgen que perteneció a don Norberto Rangel Ríos, 'El Güero Mambo', padre del anfitrión.

Para Javier Rangel, el atuendo queda en segundo plano; la esencia de la danza es la devoción. Cada paso es ofrenda a la virgen, oración sin palabras para que el danzante pida por sus seres queridos. Ante todo está el respeto, por eso no permite que se injieran bebidas alcohólicas durante la celebración. "Disciplina, como se dice: 'parejitos como la danza'. Así tiene que ser".

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En la década de los noventa, este danzante decidió organizar un grupo de niños. Muchos infantes del barrio comenzaron a danzar con él. De memoria privilegiada, recuerda a cada niño que pasó por su grupo. Incluso, ya adultos, ellos lo buscan para tomarse fotografías y rememorar viejos tiempos con su maestro. Dice que una alegría le invade cada que se le reconoce.

"Hay una señora en la otra cuadra, viene cada año y me dice: 'Te mandaron muchos saludos mis nietos (viven en Estados Unidos)'. 'Mamá, ¿Javier todavía danza'. Sí, ellos danzaron conmigo. Ellos son de California. Hay unos de Houston que también que me mandan saludos. De muchos lados me mandan saludos, que danzaron desde niños conmigo e incluso hicieron sus danzas en Estados Unidos".

La tradición se refleja también en el tamborero Carlos Ríos Rangel y su hijo, quien trata de imitar las percusiones de su padre con un tamborcito.

BUENOS DÍAS, PALOMA BLANCA

La colonia Morelos se ubica a escasos metros del Centro Cultural y Deportivo La Jabonera. Su arteria principal es la calzada Gustavo A. Madero, cuya carretera comunica cerro arriba con otras colonias como La Polvorera o la José R. Mijares.

En esta zona, la devoción católica es evidente. Casi cada calle tiene a su propia virgen y grupo de danza. La parroquia de la Sagrada Familia, erigida en 1960 en la colonia La Unión, es el núcleo de la comunidad. Además, existen otras dos iglesias más pequeñas que dependen de la anterior: el templo de la Divina Providencia y el Santuario del Señor de los Rayos, edificaciones gestionadas por el sacerdote Jesús Santillán, cuyo recuerdo es leyenda entre los feligreses.

"Yo le doy gracias al padre Santillán, de aquí de la Sagrada Familia, porque él nos inculcaba mucho eso, para no andar en pleitos. Yo iba a la misa y me decía el padre: 'Rangel, voy a hacer la misa ahí en tu cuadra, pa' que prepares tu Virgen de Guadalupe'. Inclusive él anduvo así en todas las colonias. Gracias al padre Santillán surgieron más y más danzas", comparte Javier Rangel.

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Los Rangel no son los únicos danzantes en el barrio. Las tamboras de los grupos vecinos no dejan de resonar en las paredes naturales de los cerros. Todo es un jolgorio. De repente, las plumas amarillas de grandes penachos que desfilaban por la calzada Gustavo A. Madero giran en la calle Sexta. Es el grupo de danza de la calle Cuarta. Arribará con los Rangel para rendirle tributo a su virgen. Durante la noche llegarán tres danzas más. Estas visitas son muestras de hermandad y se repiten en cada calle.

"Cada día 11, en la noche, viene la danza por ejemplo de la calle Cuarta, de la Rinconada, de La Peña, de La Polvorera. Vienen y le hacen unos dos tres pasos a la virgen y se retiran. Luego llega otra y se retira, porque cada año fue esto, fueron las primeras danzas que tuvimos. Y de aquí, de esta virgen, surgieron muchos danzantes que inclusive andan en esas danzas".

Faltan escasos minutos para que el reloj dé la medianoche. La danza ha cesado por hoy. Los Rangel, ya despojados de sus nagüillas, se reúnen alrededor del altar para entonar las mañanitas a la Virgen de Guadalupe. Javier sale de su hogar con los cantos impresos en hojas de máquina. La música en una bocina acompaña a los feligreses. Hay fuegos artificiales en el cielo, lo iluminan. Se termina por dar la señal, ya es 12 de diciembre. "Este padre nuestro y ave María lo vamos a pedir por todos los que estamos reunidos, por toda la familia".

Entre porras y cánticos como La Guadalupana o Buenos días, paloma blanca, los Rangel sostienen la tradición de rezarle a su patrona. Es el fin de la jornada, pero la noche ofrecerá poco descanso. Javier también es cocinero de la tradicional reliquia y ya ha puesto a tostar los diferentes tipos de sopa que ofrecerá a la comunidad: estrella, tallarín, fideo, de melón y espagueti. El chile para el asado lo hará en un rato más y el arroz lo empezará a coser hasta las cuatro de la mañana.

AGRADECIDO

Los diferentes grupos de danza del poniente de Torreón han ofrecido sus pasos a la Virgen de Guadalupe desde temprana hora del 12 de diciembre. En el barrio se percibe vida. Nagüillas de todos colores hacen sonar sus carrizos en cada rincón. La imagen es descrita por los labios de una vecina: "Las tradiciones no se pierden en estas colonias".

Los Rangel han hecho lo propio durante toda la mañana. Inclusive recibieron al grupo de danza de La Peña momentos antes de iniciar el rosario. Poco a poco, un grupo de vecinos hace fila con sus recipientes afuera del número 13 de la calle Sexta, el hogar de Javier. "¡Hagan una fila! Hay para todos", trata de organizarlos tras las oraciones.

El año pasado esto no pudo ser posible. La pandemia obligó a los Rangel a entregar encerrados la reliquia en recipientes desechables. En esta ocasión se intentó aproximarse a una normalidad prepandémica. Para Javier tampoco ha sido fácil, en 2020 no pudo peregrinar por su operación. Así que rememora con gusto cómo fue su regreso a la parroquia de Guadalupe hace semanas.

"Una satisfacción: sientes llorar, se te enchina la piel. Como ahora que dancé dándole gracias porque estuve operado y no podía danzar. Salí con una alegría tal que vine llorando a mi casa, porque pude danzar. En cada paso que voy danzando, voy pidiéndole a la Virgen y a Dios por todos, que los ayude a todos, a todos los ancianos, a los niños, a los huérfanos, a los que están sufriendo. Yo le pido por eso".

El grupo de danza de la familia Rangel está vigente desde 1982, pero sus raíces se remontan años más atrás gracias al fervor de don Norberto Rangel Ríos. (VERÓNICA RIVERA)

El grupo de danza de la familia Rangel está vigente desde 1982, pero sus raíces se remontan años más atrás gracias al fervor de don Norberto Rangel Ríos. (VERÓNICA RIVERA)

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El grupo de danza de la familia Rangel está vigente desde 1982, pero sus raíces se remontan años más atrás gracias al fervor de don Norberto Rangel Ríos. (VERÓNICA RIVERA)

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