Increíble. Simplemente, se me acaban las palabras. ¿Qué más hay que decir? ¿Qué más falta por ver? Este año “era el bueno”, como cada año… pero esta vez pintaba todo diferente. El escenario idóneo. ¡Nada! Cruz Azul lo volvió a hacer; 2020 trajo todo tipo de sorpresas y desgracias, menos un título de liga a la Máquina.
Y la verdad ya no da risa, a mí no. Simplemente, no lo puedo creer; a pesar de ser tan predecible, este año parecía tan real, tan cercano. Ni hablar, al término del encuentro de vuelta entre Pumas y Cruz Azul, un comentarista dijo eso: “la cruzazuleada más grande”, la ola de memes llegó en cascadas. Normal.
Y digo que no me da risa, pero tampoco me amarga (en pocas palabras me da igual); simplemente, no lo puedo creer. Así que no será el sexto lugar de la tabla, no será el Cruz Azul y no será ninguno de los equipos provenientes del mentado y detestable “repechaje”; los dos aspirantes serios al título son León y Pumas, los mejores durante el torneo regular (aplauso a la regularidad). Ya quien gane, me da prácticamente lo mismo.
El domingo comenzó de mejor forma. Sergio Pérez sorprendió a todos con su primer triunfo en Fórmula Uno, ¿será el último? Esperemos que no, el mexicano hizo que sonara otra vez el Himno Nacional en el máximo circuito del automovilismo mundial después de 50 años, cuando Pedro Rodríguez de la Vega ganó en Bélgica, en 1970.
Pérez desafió este año a todo y a todos; aún sin contar con asiento en su escudería para 2021, se afianzó en el cuarto peldaño de la clasificación de pilotos. El domingo, el lábaro patrio ondeó en Bahrein ante la incredulidad de propios y extraños, motivo de orgullo para un país. Y no es que se trate de “subirnos al tren del triunfo”, como luego dicen, o querernos colgar de una victoria ajena; se trata de alegrarse por que un mexicano se sobrepuso a la adversidad para cumplir un importante logro profesional. ¡Qué diferentes las lágrimas derramadas por el piloto a las de los cruzazulinos!
El domingo pintaba para tener a “Checo” como el gran tema, ¡pero tenía que aparecer Cruz Azul para cruzazulearla! ¿Qué les costaba meter un gol? ¿Qué les costaba evitar uno de los cuatro? Pobre Siboldi, aunque al menos ya sabe lo que es ser campeón, no como otros (Romano). En fin, no hay palabras… ¿o sí?
El verbo “cruzazulear” aún no existe (y me parece ridículo que se le considere como algo serio), pero cada vez está más cerca; la Máquina se ha encargado de hacer esto posible. No es broma, la Real Academia Española puso en su observatorio de palabras la invención de los mexicanos: “El verbo cruzazulear es un derivado usual en el periodismo deportivo mexicano que alude a una situación determinada por ser algo que frecuentemente sucede al equipo Cruz Azul”, dice, sin embargo aclara que por el momento no está en planes de formar parte del diccionario: “No hay de momento propuesta de inclusión de esta voz al diccionario académico”.
Increíble y patética es la sal que proviene de la Noria, desde aquella tarde soleada del 7 de diciembre de 1997 en el Nou Camp… Han pasado 23 años. Patético. Dejo a continuación una definición, según la sagrada RAE.
Del lat. tardío patheticus, y este del gr. pa??t???? pathetikós. 1. adj. Que conmueve profundamente o causa un gran dolor o tristeza. 2. adj. Penoso, lamentable o ridículo.
¿Le seguimos? Respondo en @Foko_54 y con los @Champs_MX [Twitter]. Ánimo para mi “primo” Arturo Sepúlveda (gracias por tu reciente colaboración con nosotros), ya llegará la novena estrella; igual, un abrazo fraternal para todos mis amigos y conocidos cementeros.
Eduardo Sepúlveda//@Foko_54