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Una estridencia vuelta música

Jacob Espino Veliz participó en el pasado concierto navideño de la Big Band Jazz Coahuila

Virtuoso. El músico lagunero se acercó a la música a la temprana edad de ocho años. (EL SIGLO DE TORREÓN)

Virtuoso. El músico lagunero se acercó a la música a la temprana edad de ocho años. (EL SIGLO DE TORREÓN)

SAÚL RODRÍGUEZ

Tenía ocho años cuando la música se convirtió en su mejor amiga, gracias a que la influencia de su abuela lo abrazó con amor musical. Entonces, Jacob Espino Veliz observaba tocar a los músicos de la Banda Salvador Jalife en los parques y plazas de Torreón. Tiempo después se convertiría en uno de sus integrantes.

"Cuando empecé fue algo chistoso, porque fue más un gusto por parte de mi abuela de: 'Yo quiero que tú toques trompeta. Me gusta ese instrumento'. Yo la verdad no lo conocía. Para empezar era un niño de ocho años cuya cabeza estaba solamente en jugar, en otras cosas que nada que ver con la música".

Jacob direccionó sus oídos y abrió su escucha, comenzó a interesarse por la música clásica y el jazz. Menciona que ser trompetista fue cuestión de suerte, como si el encuentro de su instrumento y él se improvisase al entrar a la banda. El diálogo con la trompeta se tornó cada vez más fuerte, estridente, hasta convertirse en la banda sonora de su vida.

"Las primeras veces que tomo la decisión de verlo como algo profesional, fue cuando empecé a reconocer que mi instrumento tiene un sinfín de géneros que puede abarcar, y aparte empecé a conocer personas que ya tienen una trayectoria profesional, que ya viven de la música. Desde ahí me llamó la atención el tipo de vida que manejaban, que no era una vida rutinaria y que no era como 'lo normal' que se vive en un trabajo de oficina".

La relación entre Jacob y la trompeta comenzó como una manera inconsciente de expresión. El trompetista recuerda que de chico era muy tímido y le costaba relacionarse con las personas; la música le auxilió a compartir sus sentimientos.

"Primero empecé a ver que podía relacionarme, que empezaba a tener más amistades, pero también me di cuenta que era un medio de comunicación. A lo mejor no tenía las herramientas aún, o las palabras, o a veces no sabía como expresar ciertos sentimientos, que al momento de tocar o de estar en un escenario, encontraba una manera de expresión diferente donde podía ser yo, o encontraba mi propio carácter, mi propia manera de ser"

Recuerda la sorpresa que le ocasionó darse cuenta de que la música ya formaba esencia de él mismo, como si fuese una parte de su cuerpo en la que halló habilidades, formas de vivir y experiencias que desconocía. Lo que más le fascina de la trompeta es que ésta siempre destaca debido a su sonido estridente. Eso llamó su interés porque se percató de que aquél sonido lo podría hacer notar como músico en un escenario, a consecuencia de su timbre y de su fuerza.

"Aparte siempre fui fan de la música muy tranquila, muy romántica y me daba cuenta de que también abarcaba ese lugar. Una de las cosas que más me encantó de ese instrumento fue que hay una versatilidad y puedes tocar un sinfín de estilos de música".

Entre sus referentes, destacan influencias como Miles Davis, Roy Hargrove o Chet Baker, sonidos que le han ayudado a afianzarse en la carrera de música que actualmente cursa en la Escuela de Música Vida y Movimiento Ollín Yolitztli, de Ciudad de México.

En otros proyectos, ha participado en la Orquesta Sinfónica Juvenil de Torreón (OSIJUT), 3 Laguna Jazz, la Big Band de Francisco Zedillo, como músico extra en la Camerata de Coahuila y recientemente en la Big Band Jazz Coahuila (BBJC).

Jacob se encuentra de visita en La Laguna para pasar las fiestas de fin de año junto a sus familiares. También aprovechó la ocasión para participar en el concierto navideño que la BBJC ofreció el pasado 22 de diciembre en el Teatro Dolores del Río de Gómez Palacio, donde fue trompetista solista.

"Me siento contento de que estén esos proyectos, pues ha habido pocos proyectos así, de los cuales a veces muchos no se han logrado consolidar porque faltan muchos factores, el apoyo y muchas situaciones. Sobre todo que aquí en la Comarca a la cultura no la ven tan fuerte y no le dan el aprecio que es. Ahora que vi este concierto me encantó, la música era muy buena, la verdad muchos músicos, sobre todo la nostalgia de regresar a tu ciudad y volver a tocar con tus compañeros de sección".

Jacob destaca la importancia de la cultura, pues es un factor que permite a los ciudadanos no perder su humanidad. "Creo que la pasión es algo que debemos de tener todos. Creo que al momento de ser un doctor, un ingeniero, un artista, lo que sea, uno tiene que buscar esa pasión que, en mi caso, me vuelve una persona feliz".

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