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Las palabras tienen palabra

La cola y el protocolo

Juan Recaredo

En algunas ceremonias, como la del Grito de Independencia, existen protocolos que se deben seguir rigurosamente. ¿Por qué? Pues simplemente porque eso es precisamente un protocolo: un montón de reglas de alguna ceremonia solemne. El nombre de protocolo le viene porque el protocolo es lo primero -proto- que está en una serie de normas pegadas, unidas como si tuvieran pegamento.

A propósito de pegamento, ¿a qué otra palabra se le da ese mismo significado? ¡Pues a la cola! No, no le estoy diciendo que se forme en una fila, sino que intento decirle que "cola" es una sustancia que se usa como adhesivo o pegamento.

Así existe una serie de palabras que tienen cola, pero no precisamente para que se la pisen. Una de estas palabras es el colofón. Usted seguramente sabe que el colofón es ese pequeño texto que se pone al final de un libro y en donde se describe quién lo imprimió, cuándo y dónde. Pues la palabra colofón viene del griego e indica el remate de algo, lo que viene al final de ese algo, es decir, "a la cola".

A ese apéndice, esa pequeña extremidad que tienen atrás los animales, es la cola… Bueno, algunos animales que sí la tienen, porque no todos ellos están de acuerdo con aquello de: "O todos coludos o todos rabones". A propósito de ese conocidísimo dicho, en él se quiere decir que los rabones son los que no tienen cola a pesar de que la palabra rabón parece indicar que se tiene un gran rabo. Si rabo y cola son la misma cosa, ¿entonces… en qué quedamos?

Las mujeres -y también muchos hombres- cuando traen el pelo largo y no saben cómo peinarse, nada más se hacen una "cola de caballo" en el cabello y listo, misma que se llama así porque precisamente parece una cola de caballo. También aprovecho para decirle que, si usted va a la hermosa ciudad de Monterrey, no deje de visitar la Cola de Caballo, que es una hermosa cascada que asemeja esa forma; con las lluvias de septiembre se pone aún más bonita.

Los famosos refrescos de cola se llaman así porque contienen cola, que es la semilla de un árbol ecuatorial y que la hace un tanto estimulante, además de la gran cantidad de azúcar que normalmente traen. ¿Todavía les pondrán cola a esos refrescos? No lo sé.

Lo que sí sé es que hay colas muy desesperantes, como la que hacemos en el banco o en alguna dependencia esperando para hacer algún trámite que debería ser muy sencillo. También hacemos cola para entrar al estadio o a algún concierto, y entonces, como se trata de algo que nos gusta, hacerla nos parece un poco menos desagradable.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA:

Erika Sepúlveda: "Mi abuelita, en lugar de decir 'ya me hartó', dice 'ya me fartó', ¿es correcto?"

LE RESPONDO:

El verbo "fartar" está en desuso. Efectivamente "fartar" y "hartar" son considerados sinónimos.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Me cae mal Sócrates; estoy harto de los que dicen que no saber nada es un signo de sabiduría.

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