Cultura

La metáfora del encierro existencial

El escritor Ignacio Solares habló sobre su novela El sitio (1999) la cuál se asimila bastante al momento de confinamiento actual

La pluma. Ignacio Solares es narrador, ensayista, articulista, dramaturgo, editor y periodista cultural mexicano.

La pluma. Ignacio Solares es narrador, ensayista, articulista, dramaturgo, editor y periodista cultural mexicano.

DANIELA CERVANTES

En la edición de Siglo Nuevo del pasado 18 de abril, el escritor lagunero Vicente Alfonso publicó una columna en la que trajo a colación la novela titulada El sitio, la cual fue escrita por Ignacio Solares y publicada por Alfaguara en enero de 1999. La reflexión giró en torno a que la propuesta literaria de Solares se asemejaba bastante a los tiempos actuales de cuarentena, pues la trama de su novela se enfoca en la situación de que un día los habitantes de un edificio de la Condesa en la Ciudad de México no pueden salir de sus domicilios, pues sin una explicación clara un grupo de soldados los resguardan y los orillan al encierro absoluto.

"Una metáfora del encierro existencial en la que está atrapado el hombre moderno. Un edificio de la colonia Condesa, en el corazón de la Ciudad de México, está sitiado: los servicios telefónicos y de energía eléctrica han sido suspendidos, nadie puede salir o entrar, no hay comunicación con el exterior. Pero la vida en cada uno de los veinte departamentos continúa y sus habitantes, sin escapatorias posibles, tienen que enfrentarse con la imagen misteriosa y dramática de un universo cerrado. ¿Hasta dónde se extiende ese sitio que parece no tener fin?", se lee en la sinopsis del compendio.

El teléfono timbra y del otro lado el que levanta la bocina es Solares, que cuestionado sobre las similitudes que pueden llegar a existir entre su novela y el tiempo real, expresó que sí, que hay, indudablemente, un paralelismo en la medida de que actualmente estamos encerrados.

"El encierro siempre es angustioso, tanto para una familia que de pronto no puede salir de su casa, como para un preso que no puede salir de su celda. Yo creo que el encierro es uno de los mayores castigos que te pueden hacer, por eso las cárceles. Entonces El sitio, la novela, lo que trata es que los personajes de repente se quedan encerrados sin tener una razón ni causa, en un encierro que de alguna manera podría ser psicológico".

La pluma de Ignacio Solares, para escribir esta novela, fue realista "yo no lo quise dar ningún otro sentido más que del que llegan unos tanques que cierran la puerta, no te explican y te quedas adentro porque es como de pesadilla. Todas las interpretaciones se prestan a que por ejemplo lo compares con el encierro actual, actualmente es un virus aparentemente y en mi novela no aparece virus pero podría ser un virus, no se menciona, pero podría ser".

La alegoría entre el escenario de su novela y el actual, puntualizó, es el hecho mismo del encierro. Mencionó que en los diarios a leído que se dispararon los divorcios debido a que la pandemia cambió la dinámica del ser humano. En su texto, dijo, hay un personaje que se suicida y otro que enloquece, todo como consecuencia de la reclusión.

Asimismo en este material, Solares describe comportamientos humanos que comenzaron a ser comunes luego de que se anunciara que se vivía una pandemia global, Vicente Alfonso así rescató el genio de Ignacio en su columna a la que tituló El riesgo de saludar a los vecinos: "En el fondo lo que nos inquieta es que estamos viviendo una, ¿cómo llamarla? Una especie de suspensión del futuro. Ah, el futuro, ese fantasma horrendo que no hay manera de verle el rostro y dominar. Y qué bueno", razona un periodista que vive en el departamento 15. A este hombre azuzado por los demonios del existencialismo, su compañera le responde: "Pues yo preferiría tener ya abierta la puerta de la calle y salir a comprar un frasco de champú". No es la única que ve en el consumo la solución. Con sorpresa leemos, páginas más adelante, que la vecina del 13 tiene una manía: acumula rollos de papel de baño, mercancía a la que califica de "valioso cargamento". (escribió Vicente citando a Solares)

Lo anterior a Solares le resulta curioso, pero dice no deja de ser más que un instinto del ser humano ante un anuncio de amenaza, ya sea en El sitio o en la vida real. Y reflexionó que luego de un encierro, el individuo debe de pasar por un momento de cambio. "El encierro o te trasciende, o te hunde, o vas parra arriba o para abajo, el encierro no te deja opciones para seguir siendo el mismo, en el encierro eres otro. Esa podría ser una buena cabeza, en el encierro empiezas a ser otro, claro el encierro ya te transforma".

En su historia, este escritor mexicano contó las experiencias de gente común y corriente porque dijo que él siempre ha creído que la gran literatura se da a partir de seres comunes y corrientes. "Eso lo supo hasta Cortázar con sus cuentos en los que aparentemente las familias eran normales y no pasaba nada y de repente pasa algo insólito y nos puede pasar a nosotros que somos seres comunes y corrientes".

La voz del narrador de su novela es la de un sacerdote alcohólico, porque dice le resultó un personaje que va mostrando matices debido al confinamiento al que lo someten junto con sus vecinos. "El encierro te abre de cuajo el alma, el cuerpo, la relación tiene sin remedio una consecuencia psicológica, física, social, en tu relación con los demás. En mi novela la ventaja es que se pueden comunicar entre ellos y no tienen que usar tapabocas".

En El sitio, Solares hace referencia a 20 departamentos que se confrontan constantemente, pero hoy es el mundo entero, cómo se podrían llegar a comparar ambos escenarios, se le cuestionó al escritor, el respondió: "en el fondo el mundo entero también es muy pequeño, si te das cuenta nos hemos estado preparando para una guerra, armándonos, pensando en los problemas económicos, los temas sociales y una serie de cosas que de repente llegó un virus y que te hace sentir la pequeñez del mundo y que todos de alguna manera en todo el planeta, si es un poco lo que pasa en El sitio, el mundo entero podría ser ese edificio".

Cabe destacar que en su momento, la critica literaria mencionó que el libro de Ignacio Solares "Era una metáfora del encierro existencial" y él mencionó que tal vez sea así, "pues no hay mejor manera de entrar dentro de ti mismo que estando encerrado, porque no tienes opciones para distraerte, el mundo de afuera está hecho fundamentalmente de distracciones y de pronto te obligan a estar encerrado y de todo lo que significa la tragedia de no saber cómo sobrevivir, que es lo que me preocupa ahorita en nuestro país. Cómo vamos a sobrevivir esta crisis económica que se está dando como consecuencia".

Para Solares es claro que actualmente el ser humano se está enfrentando así mismo. Él, justamente se encuentra en este proceso, pues el encierro ya no sólo está en las páginas de su novela El sitio, el encierro está latente y poco a poco muestra sus consecuencias.

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