
El trazo. Rivera retrató personajes en contextos oscuros con los que exploró la condición humana. Animales muertos, vivos y en ocasiones con atributos humanos, que conviven con cuerpos desnudos.
El ojo artístico de Arturo Rivera proponía ver belleza en lo terrible, pero también vislumbraba momentos de oportunidad para promover el arte. En Torreón dejó parte de su propuesta por medio del Taller el Chanate, el cuál fundó en el año 2000 cuando visitó La Laguna en la que impartió algunos talleres de grabado.
La iniciativa arrancó con la búsqueda de la democratización del arte al llevar esta expresión artística a los barrios más marginados de esta zona; desde entonces, cabe mencionar se ha ido consolidando por decenas de artistas locales.
Aparte de provocar al ejercicio artístico, Rivera, quien fuera uno de los máximos exponente de la plástica mexicana, sometió a su obra a un rastreo intenso de belleza, concepto que está presente en cada una de sus piezas.
Desde niño, respaldado por el modelo educativo de un colegio alemán, el artista mexicano accedió a un cosmos de creación que le permitió explotar el talento con el que él mismo mencionó haber nacido. Su mundo interno encontró salida a través del pincel con el que intervino infinidad de lienzos con un estilo figurativo que sugieren, a la vista, otra lectura de nuestros tiempos.
De entre otras ramas artísticas, la pintura fue el lenguaje de Rivera, un artista maldito que propuso en sus trazos un universo de pesadillas en el que son visibles escenas que, en su mayoría, involucran al ser humano, pues Arturo Rivera, llegó a mencionar que su genio siempre estuvo ligado al ser humano y a su psique.
Por ello, como la complejidad humana, el contenido visual de su arte es caótico y explosivo: cuerpos desnudos, cráneos, animales diseccionados, la locura, la melancolía, fueron parte de su trazo tenebroso y provocador.
Arturo también fue un creador que le apostó al autorretrato, aunque alguna vez puntualizó que él no era más que otro personaje más de la historias que emergían desde su inconsciente, pero también de su consciente.
"Un artista nace", era su pensamiento, y él nació en la Ciudad de México en 1945. Estudió pintura en la Academia de San Carlos (1963-1968) y serigrafía y fotoserigrafía en The City Lit Art School de Londres (1973-1974). Si bien tuvo que trabajar como ayudante de cocinero, obrero y albañil para sobrevivir, en 1979, el pintor Mac Zimmerman conoció una obra de Arturo Rivera y lo invitó a trabajar con él en una ayudantía en la Kunstakademie de Múnich, Alemania.
En tierras alemanas el mexicano tuvo su despertar artístico, y la liberación de su genio ya no encontró limites. Un año después, regresó a México invitado por el museógrafo, curador y promotor cultural Fernando Gamboa, para exponer por primera vez en el Museo de Arte Moderno de México (MAM), en 1982. Años más tarde, en este mismo recinto presentó la muestra Bodas en el cielo y el infierno (1995). En el 2000 expuso en el Museo del Palacio de Bellas Artes la muestra Arturo Rivera. El rostro de los vivos y en 2004 montóAnatomía: Diálogo entre ciencia y arte, en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.
También logró mostrar sus obras en numerosas exposiciones colectivas en: Nueva York, Chicago, Puerto Rico, Múnich, Medellín, Roma, Berlín, París, Tokio, Londres, Polonia y los países nórdicos. Sus exposiciones individuales se llevaron a cabo principalmente en México y Estados Unidos.
Asimismo en 2005 ganó el Primer Premio en la Bienal Internacional de Arte de Beijing con la obra Llegando a Nueva York, la cual ahora forma parte de la colección del Museo Nacional de Arte de China.
Su obra está integrada a importantes colecciones, entre ellas destacan la del Museo de la Tertulia de Cali, Colombia; el Banco Central de Quito, Ecuador; el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, México; el Instituto Cultural Mexicano en Washington; el Haus der Kunst, Múnich; la Casa de las Américas, en Cuba, y en el Instituto de la Cultura Puertorriqueña, Puerto Rico. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) resguarda obra del artista en el acervo del Museo Nacional de la Estampa (Munae).
Existe una cita que reza que "hay realidades que no existirían realmente de no ser porque Arturo Rivera las ha pintado", será entonces que su obra quedará eterna para interpretar al mundo desde los ojos de este artista oscuro.