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Basta ya, Diego Fernández de Cevallos

Satiricosas

MANÚ DORNBIERER

Como debe más de 900 millones de pesos de predial, como están que tiemblan todos estos narcopanistas de que les saquen sus trapos al sol, creen que los que vimos, vivimos y padecimos la HISTORIA nos olvidaremos de que "el Jefe Diego" -¿jefe de cártel?- creó el repugnante PRIAN para apoyo al ilegítimo Carlos Salinas de Gortari en las elecciones de 1988, al que Cuauhtémoc Cárdenas había vencido. Todo para instalar en México, a la par que la droga, el neoliberalismo. Pero no seré hoy yo la que hoy les platique quién es en verdad el Santa Claus del PAN. La siguiente es una reseña de la redacción de "Proceso" -cuando era tal y no "Retroceso", como hoy-.

REVISTA PROCESO

Por La Redacción

MÉXICO, D.F., 25 de mayo (Proceso).- Hábil en el manejo del llamado "influyentísimo político" y en litigar lucrativos asuntos aun cuando vayan contra los intereses del Estado, Diego Fernández de Cevallos, desaparecido desde el viernes 14, se ha visto implicado en varios escándalos por su participación como abogado de personajes relacionados con el narcotráfico.

Y aunque el presidente de la república, Felipe Calderón, ha dicho que detrás del levantón que sufrió Diego Fernández en su finca La Cabaña, en Querétaro, no está el narcotráfico, lo cierto es que El Jefe Diego ha sido señalado en múltiples ocasiones como "empleado de la mafia" y abogado del narco.

Así lo denunció en 2004 el perredista Martí Batres, cuando fungía como subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, a propósito de una entrevista que concedió Fernández de Cevallos a Televisa. En ella el panista negó ser el artífice de la difusión de los videos con los que se destapó el caso de corrupción en el que se vieron implicados prominentes políticos perredistas y el empresario Carlos Ahumada.

Dijo Batres: "Estamos oyendo a Diego que no es el jefe de la mafia; es el empleado de la mafia y no me refiero simplemente a sus amistades como las que acaba de mencionar, de Juan Collado, asesor de Mario Villanueva, o de Eduardo Fernández, Raúl Salinas o Mario Ruiz Massieu, para poner algunos ejemplos.

"Tampoco voy a hablar de lo de Punta Diamante o la quema de los paquetes electorales de 1988 para facilitar el fraude a (Carlos) Salinas… Me refiero, sobre todo, a que Diego Fernández de Cevallos es, y eso es lo más grave, un personaje incrustado ya en la mafia del narcotráfico. Él recibió cuatro millones de pesos del cártel de Juárez y tengo… el expediente completito."

Así surgía uno de los casos más complicados que enfrentó el poderoso abogado y excandidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos. No era todo. El panista resultó ser defensor de Jorge Bastida Gallardo, un empresario de la construcción identificado como consuegro del capo Amado Carrillo Fuentes.

Bastida compró un paquete de acciones del Banco Anáhuac que, según se supo después, consistió en una inversión del cártel de Juárez para lavar dinero del narcotráfico, lo que implicó tanto a políticos como a empresarios.

De acuerdo con el expediente judicial, en el caso de las inversiones del narcotráfico en el Banco Anáhuac salieron perjudicados -porque presuntamente perdieron parte de su fortuna tras la investigación criminal que descubrió los fondos del cártel de Juárez- familiares del expresidente Miguel de la Madrid, entre ellos su hermana Alicia, su hijo Federico y su sobrino Jorge Hurtado Horcasitas (Proceso 1116).

El escándalo estalló a finales de 1996 a raíz de que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) intervino la empresa Grupo Corporativo Anáhuac a causa de un fraude millonario, con recursos del Instituto Mexicano del Seguro Social, que se le imputó a uno de sus socios importantes, José Luis Sánchez Pizzini.

Este embrollo criminal y político también salpicó a Rodolfo Zedillo, hermano del expresidente Ernesto Zedillo que conocía a Bastida, con quien proyectó la construcción de un hotel en la Zona Rosa de la Ciudad de México, aunque, según la versión del propio Rodolfo, el negocio no se llevó a cabo porque Bastida Gallardo incumplió el contrato al no aportar ni un centavo para la obra.

Fernández de Cevallos fungía también como asesor legal de buena parte de los integrantes del cártel de Juárez que estaban detrás de la operación de la compra del Banco Anáhuac. Según sus antecedentes, Bastida Gallardo provenía del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, donde se hizo rico traficando con el coyotaje y el contratismo, amparado por Leonardo Rodríguez Alcaine.

Sin embargo, la sospecha lo envolvió -y ese fue el origen de la investigación de la PGR- cuando invirtió alrededor de 10 millones de dólares en la compra de acciones del Banco Anáhuac. En su red de relaciones empresariales y políticas aparecía Juan Zepeda, entre otros, como coinversionista del banco Fernández de Cevallos estaba incluido en las indagatorias. El motivo: presuntamente el cártel de Juárez, a través de Bastida, le había pagado cerca de 4 millones de pesos por sus servicios. Según la investigación, Bastida Gallardo le entregó dos cheques -con los números 76859 y 76860- por un millón 995 mil pesos y dos millones de pesos, respectivamente.

Diego Fernández no negó que recibió los cheques; lo que sí negó es que el narco se los hubiera pagado. Su argumento: "A mí me solicitaron una intervención en favor de un grupo financiero, no de una persona física", y dijo desconocer si existía o no un nexo entre su cliente, Bastida Gallardo, y otra persona física en actividades ilícita" (...) Sí, cómo no… y AÚN HAY MÁS.

Ese es el verdadero SANTA CLAUS PANISTA, EXCANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE MÉXICO.

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